Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- Los 10 meses de pandemia en Michoacán fueron suficientes para acabar con la reparadora de calzado de Raúl, sustento económico para su familia, quien, ante las nulas ganancias que obtiene de su negocio, a consecuencia de Covid-19, también se vio en la necesidad de empeñar la única televisión que tenía en casa, cuyo uso, dijo, le servía para batirse de la realidad en que se encuentra el estado.
“Nada más Raúl”, contestó cabizbajo ante una improvisada grabadora de celular que sirvió para registrar el desenlace de una historia que parece multiplicarse conforme avanza la crisis sanitaria que desató el coronavirus a nivel mundial.
Con una hoja de empeño en la mano, describió cómo la pandemia fue carcomiendo los ingresos que emanaban de su reparadora de calzado, soporte económico de su familia, conformada por cinco integrantes: su esposa Magdalena y sus hijos Roberto, Alfonso y Ricardo, de 15, 18 y 22 años, respectivamente.
“Al principio no parecía que fuera tan grave, el negocio funcionaba, nos daba para comer, pero poco a poco se empezaron a ver los resultados de este bicho”, lamentó con el rostro desencajado, para luego compartir que, aunque el panorama no es para nada alentador, buscará rescatar su medio de ingresos, un modesto puesto de aluminio montado en la colonia 18 de marzo, de esta ciudad capital, que durante 20 años había sido utilizado como reparadora de calzado.
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“No dejaba mucho, apenas para comer y para más o menos darles educación a mis hijos, pero como sea se resiente, porque fue un oficio que le aprendí a mi papá, en paz descanse”, agregó.
A sus 50 años de edad dijo desconocer de qué manera subsistirá su familia, ante lo que, reconoció, “será tiempo de que los hijos respondan, no me gusta decirlo, porque qué más quisiera que se enfocaran en el estudio, pero no hay de otra”.
“La tele quién sabe si vuelva, es lo que menos importa, aunque servía para distraerse, pero lo que ahorita importa y lo único que le pido a Dios, es que a mi familia no la alcancen los contagios”.
El señor Raúl no emitió ningún reclamo, pareció resignado a la crisis económica y sanitaria que impera en Michoacán, pero, en ningún momento, renunció a la posibilidad de volver a echar a andar su negocio.
Casas de empeño resienten crisis
Aunque pareciera lo contrario, las casas de empeño de Michoacán también se han enfrentado a la crisis del Covid-19, según se expuso en datos proporcionados por Nacional Monte de Piedad, de los cuales se pudo conocer que, mientras en 2019 esta institución otorgó préstamos por 942.5 millones de pesos, para 2020 éstos decrecieron a 800.1 millones de pesos, tan sólo en Michoacán.
Con base en la información proporcionada, se justifica que el decrecimiento de flujo financiero responde a que, “la mayoría de los solicitantes son dueños de negocios y, ante las pérdidas que se han venido registrando, también se redujo la intención de adquirir préstamos prendarios”.
Pese a la crisis del Covid-19, se informó que ocho de cada 10 solicitantes de préstamo recuperarían sus prendas y que los bienes que comúnmente se empeñan son “alhajas de oro, seguido por relojes y varios (computadoras, celulares, electrodomésticos, entre otros)”.
Las problemáticas financieras que se registran en Nacional Monte de Piedad no sólo se concentran en Michoacán, ya que, a nivel nacional, también se reportaron pérdidas de 4 mil millones de pesos, con respecto al balance de 2019.
“Pareciera que nos está yendo muy bien, pero la realidad es que no, también ha pegado acá”, comentó en el anonimato un trabajador de una casa de empeño ubicada en la avenida Lázaro Cárdenas, de Morelia.
Ante esta situación, desde el Gobierno de Michoacán se pronostica un escenario “desalentador” para este 2021, o al menos así lo ha manifestado el gobernador, Silvano Aureoles Conejo, quien reconoce que el cambio de año no reflejará otra realidad para la entidad.
