Zitácuaro, Michoacán (OEM-Infomex).- Ejidatarios de la comunidad de Crescencio Morales, municipio de Zitácuaro, denunciaron el envenenamiento del agua que llega a las pilas del criadero de trucha arcoíris que tienen en la localidad Macho de Agua. Los manantiales son parte del sistema Cutzamala que abastece a la población, por lo que el veneno puede ser ingerido por personas que los utilizan como agua potable.
Con la denuncia en mano que presentó ante la Fiscalía Regional, de la cual este medio posee una copia, el comisario ejidal Erasmo Álvarez Castillo destacó en entrevista que la afectación fue orquestada por la regidora municipal Alberta G. contra la producción que él tiene junto a sus hermanos en la parte alta del cerro.
El comunero señala que la acción deriva del activismo ambiental que ha emprendido desde hace 20 años en la reforestación del bosque, no obstante, la persecución en su contra se detonó con mayor énfasis a partir de la promoción que ha realizado para que cinco comunidades junto a Crescencio Morales opten por el sistema de usos y costumbres y la administración directa de sus recursos.
Los 130 mil alevines que se encontraban en el estanque donde se reproducen murieron a causa de los químicos que se vertieron en el agua. Lo mismo ocurrió con parte de la producción que estaba en engorda en la parte baja, describe Álvarez Castillo, quien señala la tubería que tuvieron que remover para desviar el agua de los depósitos.
El próximo miércoles 27 y jueves 28 de octubre, el Instituto Electoral de Michoacán (IEM) llevará a cabo las consultas ciudadanas en las comunidades de Donaciano Ojeda y Crescencio Morales, hecho que ha traído como consecuencia actos que atentan contra la familia Álvarez Castillo, pero que, además, traerán consecuencias graves para la población en general, reitera.
Erasmo explica que de las 10 mil hectáreas que tiene la región, seis mil corresponden a la parte boscosa, arbolado que han ido incrementando por la perseverancia y esfuerzo de los comuneros, ya que las administraciones que han pasado por Zitácuaro, no invierten en la plantación o el cuidado del medio ambiente. Contrario a ello, protegen a los talamontes y en los últimos años a grupos delincuenciales que han llegado a las poblaciones con el propósito de controlar la región, hecho que han impedido pese a la desaparición o muerte de algunos de sus compañeros.
De mirada cálida y semblante duro y quemado por el sol, asegura que la policía municipal tiene la consigna de amedrentarlos para evitar que la población decida libremente transitar a la administración del recurso que les corresponde.
Cacería desde gobierno
Son cerca de 70 millones de pesos los que anualmente les pertenecerían a las cinco comunidades si logran la autonomía, por ende, el gobierno municipal ha establecido una cacería contra aquellos que la promueven, dice el denunciante.
“A lo mucho, el municipio le invierte a Crescencio Morales unos 10 millones de pesos para mejorar los servicios, diciendo que solo le corresponden alrededor de 13 millones”. Pero las cuentas no le cuadran al saber que por cada habitante se deben de otorgar 2 mil 300 pesos, en consecuencia, las cinco comunidades llegan a sumar más de 30 mil habitantes, por lo que le parece irrisorio que les quieran “seguir viendo la cara” y utilizarlos solo cuando hay elecciones.
Las comunidades mazahuas son las que comúnmente habitan el oriente del estado. La región es de las más prósperas en la producción de agua, pues actualmente se desarrollan 100 metros cúbicos por segundo en Macho de Agua. Sin embargo, hace 20 años la producción bajó hasta llegar a los 14 metros cúbicos. La deforestación en manos de los talamontes estaba acabando con los bosques hasta que se les puso un alto y entre solo algunos pobladores se comenzó el arbolado de la zona. Esa constancia les ha permitido contar con producciones de tilapia, hoy amenazadas por intereses económicos que dejarán de “robarse en el municipio” si se erigen como autogobierno, explica.
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Preocupado, Álvarez Castillo, de 48 años de edad, afirma que su vida corre peligro, “la moneda está echada”, pero que si de ello depende que el movimiento transite y traiga a sus comunidades los beneficios que vislumbra, está dispuesto a morir, pues callarse implicaría seguir solapando la falta de apoyos, de seguridad, de miseria en la que siguen viviendo cientos de pobladores.
Niegan ser autodefensas
Las entradas a Cresecencio Morales se encuentran resguardadas por comuneros armados. Erasmo niega que sean autodefensas, la cantidad de armas con las que vigilan quién entra y sale son relativamente pocas y fueron adquiridas por todos los pobladores a manera de guardia comunal. Acepta que él trae consigo un arma y que a pesar de que le han querido achacar algún tipo de delito, su historia de vida lo respalda, así como la confianza y el reconocimiento que tiene con los comuneros.
“No bajaré la guardia así tengan que matarme”, reitera entre el arbolado que dice ha visto crecer a la par de sus propios hijos, a quienes mantiene con lo que les da el bosque, pero además de con la temporada que año con año pasa en Estados Unidos o Canadá en la pisca agrícola.
