/ miércoles 29 de mayo de 2019

Desabasto de medicinas merma el bolsillo

Familiares gastan miles de pesos para que sanen sus parientes enfermos

Con el argumento: “No tenemos ese medicamento, vaya a comprarlo”, el desabasto de medicinas e insumos sigue mermando los bolsillos de los familiares de hospitalizados en instituciones del sector público, sobre todo de los adscritos a la Secretaría de Salud de Michoacán.

Las farmacias de los centros y clínicas de Morelia no escapan a esta problemática, aunque ahí el tipo de medicinas recetadas pertenecen al cuadro básico.

Sin embargo autoridades de la SSM aseguran un abasto que oscila entre 85 y 95%. En tanto, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) indican niveles de entre 98 y 99.5%.

La famosa “licuadora” y el desvío de recursos en administraciones anteriores provocaron un “boquete” financiero en el Sector Salud que aún repercute en los pacientes y sus familias.

Esto se puede palpar a las afueras de los hospitales Civil e Infantil de Morelia, donde esposas y padres de familia aguardan mientras sus pacientes están en cama con padecimientos crónicos o accidentes.

Sandra González, de Cherán, tiene a su hija hospitalizada. De 16 años de edad, sufrió accidentalmente fractura cráneo-encefálica hace una semana, desde entonces ha gastado alrededor de siete mil pesos en medicamento especializado.

La misma situación enfrentó María de Jesús Sánchez Alfonso, también originaria de la Meseta Purépecha. Su papá estuvo hospitalizado en el Civil por fractura de columna. “Durante mes y medio gastamos mucho en un medicamento tan costoso, hasta jeringas y gasas nos pedían”.

Vivimos al día, somos personas de escasos recursos”. Lamentable su padre murió, ahora regresó para acompañar a otro familiar que se encuentra en situación de enfermedad.

Juana Alejandra Razo, del municipio de Zamora, por tercera ocasión acude a los servicios de cirugía. Su pequeña de dos años presenta malformación ano-rectal desde el nacimiento. Con esta tercera intervención quirúrgica le resolverán su problema.

Pero ello implica gasto en bolsas y mangueras para drenar, le cuestan 100 pesos cada pieza. A esto se le suma un tubo de estomacive de 400 pesos, más las gasas otros 85 pesos. Todo lo compran en farmacias cercanas para “no despegarse” de sus pacientes.

En tanto, en el Centro de Salud Juan Manuel González Urueña, lo mismo en clínicas del IMSS e ISSSTE, se encontró regularidad en el surtimiento de recetas.

Adelina Carmona Garduño cada mes acude a la farmacia del mencionado centro de salud para recoger una dosis de insulina para su esposo, la cual se le otorga con oportunidad.

Sin embargo, esta ocasión Elvira Lara Hernández no corrió con la misma suerte. Encontró sus medicinas para la diabetes mellitus que padece, no así el piroxicam que le recetaron para un dolor en la espalda. “Me tocará comprarlo por fuera”, lamentó.

Es de mencionar que a través del Seguro Popular, en el estado la Secretaría de Salud da cobertura a 2.3 millones de michoacanos, que para el caso de intervenciones quirúrgicas, diagnóstico y tratamiento de cáncer, entre otros, aplica gratuidad.

El resto de los michoacanos son población derechohabiente del IMSS en los regímenes Ordinario y del Bienestar, así como del ISSSTE, con 2.3 millones y 500 mil personas, respectivamente.

Con el argumento: “No tenemos ese medicamento, vaya a comprarlo”, el desabasto de medicinas e insumos sigue mermando los bolsillos de los familiares de hospitalizados en instituciones del sector público, sobre todo de los adscritos a la Secretaría de Salud de Michoacán.

Las farmacias de los centros y clínicas de Morelia no escapan a esta problemática, aunque ahí el tipo de medicinas recetadas pertenecen al cuadro básico.

Sin embargo autoridades de la SSM aseguran un abasto que oscila entre 85 y 95%. En tanto, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) indican niveles de entre 98 y 99.5%.

La famosa “licuadora” y el desvío de recursos en administraciones anteriores provocaron un “boquete” financiero en el Sector Salud que aún repercute en los pacientes y sus familias.

Esto se puede palpar a las afueras de los hospitales Civil e Infantil de Morelia, donde esposas y padres de familia aguardan mientras sus pacientes están en cama con padecimientos crónicos o accidentes.

Sandra González, de Cherán, tiene a su hija hospitalizada. De 16 años de edad, sufrió accidentalmente fractura cráneo-encefálica hace una semana, desde entonces ha gastado alrededor de siete mil pesos en medicamento especializado.

La misma situación enfrentó María de Jesús Sánchez Alfonso, también originaria de la Meseta Purépecha. Su papá estuvo hospitalizado en el Civil por fractura de columna. “Durante mes y medio gastamos mucho en un medicamento tan costoso, hasta jeringas y gasas nos pedían”.

Vivimos al día, somos personas de escasos recursos”. Lamentable su padre murió, ahora regresó para acompañar a otro familiar que se encuentra en situación de enfermedad.

Juana Alejandra Razo, del municipio de Zamora, por tercera ocasión acude a los servicios de cirugía. Su pequeña de dos años presenta malformación ano-rectal desde el nacimiento. Con esta tercera intervención quirúrgica le resolverán su problema.

Pero ello implica gasto en bolsas y mangueras para drenar, le cuestan 100 pesos cada pieza. A esto se le suma un tubo de estomacive de 400 pesos, más las gasas otros 85 pesos. Todo lo compran en farmacias cercanas para “no despegarse” de sus pacientes.

En tanto, en el Centro de Salud Juan Manuel González Urueña, lo mismo en clínicas del IMSS e ISSSTE, se encontró regularidad en el surtimiento de recetas.

Adelina Carmona Garduño cada mes acude a la farmacia del mencionado centro de salud para recoger una dosis de insulina para su esposo, la cual se le otorga con oportunidad.

Sin embargo, esta ocasión Elvira Lara Hernández no corrió con la misma suerte. Encontró sus medicinas para la diabetes mellitus que padece, no así el piroxicam que le recetaron para un dolor en la espalda. “Me tocará comprarlo por fuera”, lamentó.

Es de mencionar que a través del Seguro Popular, en el estado la Secretaría de Salud da cobertura a 2.3 millones de michoacanos, que para el caso de intervenciones quirúrgicas, diagnóstico y tratamiento de cáncer, entre otros, aplica gratuidad.

El resto de los michoacanos son población derechohabiente del IMSS en los regímenes Ordinario y del Bienestar, así como del ISSSTE, con 2.3 millones y 500 mil personas, respectivamente.

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