Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- De los 171 locales que suelen darle vida al Mercado de Dulces, menos de 20 han resistido la crisis derivada por las medidas de distanciamiento social a raíz de los brotes del coronavirus.
Caminar por esos pasillos que suelen estar atiborrados por turistas y residentes ahora nos enfrenta con las cortinas cerradas, con el silencio sepulcral, con los rostros desesperados entre quienes pasan las horas esperando a que al menos una persona se acerque a comprar un llavero, una taza, un dulce, un rebozo, un pequeño instrumento musical, lo que sea que le dé sentido a estar ahí.
Un hombre que vende tazas grabadas y otras piezas artesanales dice que abre todos los días porque no tiene otra cosa qué hacer; su edad es avanzada y por recomendaciones de gobierno tendría que permanecer en casa, pero nos cuenta que vive solo, que más allá del dinero lo que le preocupa, bajo estas circunstancias, es qué hacer refugiado entre sus cuatro paredes.
“De hambre no me van a matar, ¿pero qué tal de tristeza?”, argumenta, mientras su mirada se dirige entre el piso y la nada.
Para una mujer que vende rebozos hechos en su mayoría por artesanas de la Meseta Purépecha, es cuestión de días u horas para cerrar en definitiva. No le ve demasiado sentido a eso de trasladarse todas las mañanas e incluso estar al pendiente por si la detiene un retén de policías.
Tengo una identificación como locataria, pero si a la gente ya la paran por moverse en la ciudad, nadie va a comprarnos, esto cada vez está peor
El mercado ya cuenta con las medidas impuestas por las autoridades sanitarias. En cada entrada hay cloro desinfectante para el calzado y gel para las manos; los locatarios traen su cubrebocas y algunos usan guantes, pero aquí lo que falta son clientes y lo que sobra es desesperanza.
Otra de las señoras que tiene a cargo un local de dulces nos muestra algunos que ya han caducado y aunque la mayoría podrían resistir por dos o tres semanas, calcula que en general habrá una gran pérdida de producto, porque el encierro, dice, va para largo.
“En un día normal, por ejemplo un lunes no vacacional, podría vender 800 pesos, pero en un sábado de Semana Santa hasta 4 mil. Hoy si vendo 50 pesos será mucho; los proveedores están en las mismas, es una situación bien difícil que no sé cómo vayamos a soportar”.
En ese puesto se suman aproximadamente 50 kilos de dulce, que si no salen en el próximo mes, habría que tirarlos a la basura, pues el moho y la dureza del producto harán el inevitablemente acto de aparición.
En entrevista telefónica, el director de Mercados del Ayuntamiento de Morelia, Otilio Bernal Herrera, remarca que los dulces, artesanías y recuerdos de la ciudad que ofertan en los locales del mercado “Valetín Gómez Farías”, como es conocido por la autoridad, no son artículos esenciales que obliguen a mantener abierto el lugar.
Adelanta que el cierre está próximo y que no hay motivo para que los 171 locales sigan vendiendo sus productos cuando la autoridad ya les ha informado de la disposición por el cierre momentáneo de negocios no esenciales.
Sin embargo, ningún locatario identifica un programa específico de gobierno que les pueda ayudar a sortear esta crisis. Angélica Manríquez Ferreira, administradora del mercado dijo que las únicas opciones son los créditos que ofrece la administración estatal y municipal para los pequeños empresarios, además de apoyos federales como las pensiones a adultos mayores y otros estatales como Palabra de Mujer.
Acepta que en los últimos 20 días las ventas se derrumbaron “al menos en un 90 por ciento” y que sin que sea oficial, reconoce la posibilidad de que este conjunto comercial se cierre en definitiva es algo latente. Informa que los locales que ya decidieron cerrar son los que ofrecen artesanías, pues suelen ser productos más costosos que ahora no entran en las prioridades del consumidor. Además, muchos de quienes atienden esos puestos son adultos mayores que decidieron quedarse en casa.
Si se cierra el mercado tendríamos que ver otras formas de apoyo, con despensas, con algo que les ayude a no pasarla tan mal, pero sí es un hecho esa posibilidad, porque no ofrecemos productos esenciales y lo que tenemos que priorizar es la salud
Angélica Manríquez Ferreira
Actualmente, locatarios del mercado de Dulces no pagan renta porque así se estableció en la reubicación que efectúo el exgobernador Arriaga Rivera, cuando los traspasó del portal Hidalgo al edificio que se ubica entre la avenida Madero Poniente y la calle de Valentín Gómez Farías.
La reubicación se llevó a cabo en el año de 1971, cuando el ex alcalde, Alfonso Martínez Serrano, se estaba al frente del Ayuntamiento, el gobernador entregó comodato el edificio al municipio con el fin de ayudar a los comerciantes, quienes fueron regulados por el Gobierno local y por lo tanto cada año tienen que renovar su licencia de funcionamiento en la ventanilla única de la Dirección de Mercados, en los meses de enero y febrero.
Con información de Karla Ayala
