Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Después de 13 años de exigir justicia, Aurora, una de las víctimas del 15-S (el ataque con granadas en la Plaza de Armas de Morelia), podrá obtener una indemnización por los daños sufridos en uno de sus oídos y garganta, esto luego de que de un juzgado federal emitió una resolución en la que le ordena a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, instancia federal, otorgue la compensación correspondiente por la reparación de daños.
A 13 años del atentado el Poder Judicial de la Federación resolvió a favor de la víctima el juicio de amparo 1166/2021, en el juzgado decimoséptimo de distrito en materia administrativa, señalando que la comisión excedió el plazo establecido en la propia ley de atención a víctimas para que resuelva en este caso.
Aquel acto clasificado como terrorismo en Michoacán, terminó con la vida de ocho personas y dejó más de 130 lesionados, había quedado impune, hoy asoma el primer acto de justicia con el caso de Aurora, al igual que ella muchas familias han buscado la reparación del daño, pero como lo refirió su abogada, Reyna Velasco Guerrero, a las víctimas sólo las utilizan cada 15 de septiembre para tomarse la foto.
De todos los agraviados ninguno ha recibido una indemnización por daño a su persona, algunos han recibido apoyos establecidos en un decreto por el Gobierno del Estado, entre ellos se contempla una pensión, pero para ninguna persona se contempla la reparación del daño.
“Las propias víctimas han señalado que entre los beneficiados de este decreto se está otorgando apoyo a personas que no fueron afectadas, o al menos no en la misma dimensión que otras personas que fueron más lesionadas; no hay una atención proporcional a los daños causados”, explicó Reyna Velazco.
El caso de Aurora puede ser la brecha a seguir para el resto de las víctimas, incluso, de acuerdo a la abogada, para el amparo de la víctima se acumularon otros expedientes relacionados, como el de su esposo, una cuñada y una sobrina que también sufrieron daños. Hay una relación de parentesco de los tres en un solo expediente, la resolución puede traer la consecuencia de que se indemnice a los otros tres afectados y señalados en el expediente.
Detrás de esta resolución hay un peregrinar cansado y enmarañado, el caso de Aurora no habría sido resuelto si no es por el mismo empeño que puso la afectada y la dedicación de su abogada para ayudarle a encontrar la justicia. “Para el resto de las personas afectadas no hay una obligación de resolver, pero el caso de Aurora puede servir como medio para presionar y resolver otros casos”, expuso Velasco Guerrero.
Aurora sufrió daños en su oído derecho, aún tiene incrustada una esquirla en el cuello, el pedazo del proyectil no ha sido extirpado a pesar de que día con día avanza, se acerca a su garganta y temen que en algún momento pueda causarle daños más severos, entre ellos perder la capacidad del habla.
Los médicos que ha consultado le han referido que practicar una cirugía para intentar extirpar el residuo de la granada que lleva en su cuerpo es igual de riesgoso que dejar allí el fragmento, su abogada narra que más allá de los momentos de dolor y tristeza han tenido que aprender a lidiar con ese trauma y ese daño, lo mismo con el resto de las víctimas que siguen esperando una reparación integral de los daños.
“Cada aniversario del atentado a las víctimas las reúnen para colocar una ofrenda florar y rememorar el suceso, pero las personas afectadas no reciben ayuda, incluso por ese motivo muchos de los afectados y sus familiares dejaron de acudir a los actos de aniversario, pero nadie se compromete a hacerles justicia”, apuntó la abogada.
La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas fue notificada el día 26 de noviembre sobre el resolutivo a favor de Aurora, desde esa fecha contaba con diez días hábiles para, si así lo determinaba la Comisión, promover un juicio de revisión del expediente, el plazo se venció el 30 de noviembre, hasta el cierre de esta edición no se promovió ninguna revisión, lo que deduce que la Comisión Ejecutiva aceptó la orden del juez.
