Ocampo, Michoacán. (OEM-Infomex).- Después de la muerte de Homero Gómez González, en el municipio de Angangueo y el Santuario El Rosario, el clima se enrareció. Por un lado, hay un silencio extraño y cómplice en la zona y por el otro, los habitantes, amigos y conocidos se apresuran a seguir con su vida, tratando de amortiguar el impacto mundial que tuvo este acontecimiento y que atrajo a medios internacionales.
Han pasado ocho días y en la casa que fue de Homero se rezó el último novenario y su familia se apresta a despedir al último vecino que aún pregunta que va a pasar con el santuario.
Homero Gómez, desde hace dos años no administraba como tal el santuario, si bien es cierto que fue el mejor publirrelacionista del mismo. Supo tejer los suficientes y adecuados lazos políticos, sociales y gubernamentales para poner en el mejor punto el turismo de la mariposa monarca.
Presumía además de que el Santuario de el ejido “El Rosario” era el mejor y el más grande del mundo, porque así lo apreciaba él y no dudó en usar la tecnología de la internet para exhibir el tesoro de la naturaleza en esta región.
Muchos lo acusan de “presumir que era lo mejor sin serlo”, pero lo cierto es que dejó un legado que será difícil superar y llenar.
Este pueblo del oriente del estado de Michoacán no estaba en el mapa hace 10 años, pero Homero lo hizo visible junto con la mariposa y tuvo la osadía de convencer a sus vecinos de mutar sus terrenos de cultivo de frijol, maíz y avena al lado forestal para sembrar pino y oyamel, el hábitat de la mariposa monarca.
Erradicó con ello también la tala clandestina, por lo menos de la zona núcleo donde hiberna este lepidóptero durante cinco meses del año y supo bajar recursos federales y estatales para generar empleo temporal para sus vecinos y los 260 compañeros del ejido y sus familias.
Según cuenta don Félix Domínguez uno de los ejidatarios más viejos del ejido “antes no había más que de dos sopas: o se iba uno a la Ciudad –de México- o se talaba el bosque para vivir”.
Los pobladores del ejido “El Rosario” que pertenece al municipio de Angangueo, admiten que hubo tala, pero afirman ahora que han hecho conciencia de mantener el bosque y con ello a la mariposa monarca.
A este animal lo conocen bien. Le llaman “la novia del sol”, porque viene a Michoacán a aparearse y para ello necesita del sol tibio de enero y febrero.
La fama de Homero que alcanzó foros internacionales, no pasó desapercibida para nadie y con ello generó detractores que lo acusan desde tener un aserradero clandestino hasta de enriquecimiento ilícito y lucro de fondos que estaban destinados a la protección de la mariposa.
Sin embargo, nadie presenta pruebas aún y los dichos quedan en el aire como comentarios mezquinos que según afirma el hermano de Homero, Amado Gómez, les lastiman a su familia“porque todo es infundado”.
En el aire también queda la pregunta de ¿quién tomará el lugar de Homero?, ¿quién se convertirá en ese promotor incasable e irrestricto que de vista a la Monarca? Por el momento, nadie lo sabe y en el pueblo de Angangueo y el santuario “El Rosario”, la gente parece más preocupada por pasar este trago amargo que sin duda impactará en el turismo.
La otra versión que no se dice, ni se reconoce abiertamente es que la gente vive temerosa del acecho del crimen organizado que busca este lugar que ha comenzado a ser rentable y que está bajo la mira de los talamontes, del crimen organizado y de los políticos.