Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- En julio del año pasado, el Gobierno del Estado en conjunto con el Ayuntamiento de Tangancícuaro presentaron un proyecto ecoturístico para el Lago de Camécuaro, con el que se prometía del espacio bajo una inversión comprometida de 25 millones de pesos.
Dentro de la obra, se contemplaba la instalación de equipamiento con nuevas tecnologías para las taquillas, mejoras generales en el acceso a visitantes, área administrativa, explanadas, áreas de locatarios y comensales, instalación de kiosco de información y trampas atrapa-grasa para evitar depósitos en el manto acuífero.
El proyecto era prometedor y se comenzó a trabajar hasta registrar un 50 por ciento de avance en el rubro físico, sin embargo, el alcalde de Tangancícuaro, David Melgoza Montañez, así como su equipo de trabajo, ignoraron realizar previamente un estudio de impacto ambiental, lo que derivó en un procedimiento administrativo iniciado por la Procuraduría de Protección al Ambiente (Proam).
Aunado a esto, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) decidió clausurar desde noviembre del año pasado la obra en la zona de los senderos del parque, pero además, se sumó un amparo interpuesto ante el Juzgado de Distrito por un sector de comerciantes inconformes, de tal manera que actualmente los trabajos se encuentran detenidos en su totalidad.
En entrevista con el Sol de Morelia, el titular de Proam, Arturo Chávez Carmona, expuso que más allá de determinar si es viable o no la obra, lo que solicitaron a las autoridades municipales es que cumplieran con la ley realizando un estudio ambiental.
Al respecto, desde la Proam emitieron un dictamen en el que se incluyen una serie de análisis y recomendaciones dirigidas al edil David Melgoza, donde se establecen puntos sobre la construcción y rehabilitación de la infraestructura del parque.
Dicho documento, el cual esta casa editorial cuenta con una copia, advierte sobre el riesgo de construir espacios con adoquín y piedra pórfido muy cerca del espejo de agua, además de que señalan que al hacer una inspección por parte de personal de la procuraduría, se encontraron con evidencias de tala o remoción de individuos arbóreos que revelan la preparación del sitio para el avance constructivo de instalaciones como baños, oficinas, ludoteca y un anfiteatro.
De la misma manera, se indica que el ingreso de maquinaria pesada con fines de excavación puede alterar el flujo natural del escurrimiento del agua natural, superficial y subterránea del sitio, lo que desembocaría en un retraso en el proceso de infiltración.
Finalmente, la Proam exhorta a atender la recomendación donde se solicita que se ejecuten proyectos relacionados con un plan de manejo sostenido de la microcuenca del Lago de Camécuaro, esto con el objetivo de controlar las afectaciones sobre el cuerpo de agua y sus ecosistemas coexistentes.
“Por otro lado, es de vital importancia diseñar y ejecutar políticas públicas proclives a mantener un adecuado equilibrio ecológico-turístico, procurando en todo caso actividad turística de bajo impacto”, concluye el dictamen.
Cabe mencionar que el Sol de Morelia buscó por distintas vías obtener la postura del presidente municipal de Tangancícuaro, pero hasta el cierre de esta edición, no hubo ninguna respuesta a la petición.
Exigen resarcimiento de los daños
Al ser una zona que fue declarada como Área Natural Protegida (ANP) desde 1940 y contar con 500 ahuehuetes que dan forma a la ribera del lago, tener en total una extensión de 12 hectáreas y una superficie del lago cercana a las tres hectáreas, el Consejo Estatal de Ecología (Coeeco) exige al Ayuntamiento de Tangancícuaro que se haga un reparación del daño que ocasionaron al construir una parte de la obra.
El presidente de dicho organismo, Vicente Estrada Torres, detalló que ya han recorrido todo el camino legal, incluso con una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) por el delito de daño ambiental, pero como Coeeco, aseguró que no van a parar hasta que haya una remediación en la zona.
“El alcalde dice que plantó 500 ahuehuetes por ser el árbol nativo y es así, pero no es el único, también hay fresnos y otras especies vegetales que se dan cerca del espejo del agua y en la tierra, mismos que se nutren del manantial. El presidente municipal debe entender que por el hecho de tener ese cargo no se va a escapar de estos asuntos, entonces esperemos que el Juez de Distrito cumpla con la ley”.
Abundó que el haber ingresado maquinaria pesada al parque implica un daño a los conductos por donde llega el agua al manantial, además de que contabilizaron 288 árboles demolidos que ya no podrán ser recuperados, pues argumentó que la reforestación no puede ser aplicada en cualquier sitio, sino que debe hacerse un estudio previo para ello.
“También está la parte de tener una visión equivocada sobre las áreas naturales, porque ellos comienzan a meter cemento y no entienden que si la gente quisiera caminar descalza en concreto, pues mejor se queda en Morelia, pero lo que quieren es sentir el pasto, la tierra, el agua y todo lo que conlleva la naturaleza”.
Refirió que no se puede solapar que se haya comenzado con una obra sin tener un estudio de impacto ambiental ni un programa de manejo, ya que afirmó que solamente se limitaron a hacer una presentación de Power Point donde exhibían unas fotografías aéreas de Camécuaro.
Por otra parte, Vicente Estrada compartió que ya plantearon formalmente al Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Medio Ambiente, que un terreno de 20 hectáreas que se ubica a un costado del ANP sea cedido en comodato para que se extienda el parque con un programa de reforestación y acondicionamiento, mismo que serviría como amortiguamiento y así evitar más daños directos al cuerpo de agua.
Otros riesgos
Para el investigador del Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales (INIRENA) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Arturo Chacón Torres, el Lago de Camécuaro históricamente no ha sido el mejor ejemplo del turismo ecológico.
“Generalmente los proyectos ecoturísticos son benéficos en términos de educación ambiental y de manejo del agua, pero siempre se debe de cuidar que las construcciones sean las mínimas, ya que esto evitará que se perjudique a la zona de afloramiento de agua; sin embargo, Camécuaro no ha cumplido a cabalidad este aspecto”.
Abundó que en el parque se encuentran puestos de comerciantes que se colocan por todas partes a los alrededores del manantial, los sanitarios se encuentran deteriorados, además de que detectan un desorden en el cuidado de los árboles ahuehuetes.
“Antes de pensar en proyectos ecoturísticos, yo creo que lo primero que se necesita es un reglamento y un plan de ordenamiento y manejo del área, así como el compromiso de mantener el sistema del recurso natural lo más original posible, ya que esto beneficia a que se continúe con la producción de agua como hasta ahora”.
Pero aunado a esto, el académico reveló que, de acuerdo al último estudio de batimetría que realizaron hace un par de semanas sobre el cuerpo del manantial, detectaron que la profundidad pasó de seis a cuatro metros, situación que calificó como preocupante.
“La posible reducción en volumen de agua puede obedecer a que las zonas de recargas del manantial que se encuentran en la Sierra Alta están siendo deforestadas, así como la aplicación del cambio de uso de suelo, lo que pudiera provocar que el acuífero no se esté nutriendo como debiera”.
Chacón Torres puntualizó que en el corto plazo volverán a Camécuaro para darle seguimiento al estudio y corroborar los primeros datos que se obtuvieron, y en caso de que se ratifique dicha información, añadió que se deberá poner atención al caso, aplicar otro tipo de evaluaciones y empezar a proponer medidas de conservación para que ya no se hagan más modificaciones en el área donde se recarga el manantial.