Morelia, Mich. (OEM-infomex).- Fue en 1940 que el entonces presidente de México Lázaro Cárdenas del Río decretó que cada 24 de febrero se celebraría de manera oficial el Día de la Bandera Nacional en nuestro país. Sin embargo, el diseño del lábaro patrio cambiaría en 1968 y es el que se mantiene hasta la actualidad, lo que puso fin a una serie de distintas propuestas que obedecieron a las circunstancias sociales que ha experimentado el país.
El uso de una bandera como símbolo de identidad nacional comenzó desde el mismo proceso de Independencia, cuando según el historiador Moisés Guzmán Pérez, se llegaron a utilizar hasta 12 lienzos en la batalla del Ejército Insurgente contra los españoles. “En aquella época también existían estandartes con los que se hacían procesiones por las calles, y que a través de símbolos religiosos mostraban lo que se entendía por nación: la pertenencia a un grupo étnico”, explicó el egresado nicolaita en una conferencia dictada hace ya una década con motivo del bicentenario de la Independencia. Esos lábaros utilizados por los mexicanos que deseaban forjar una patria sin ataduras eran en su mayoría albiazules, con fuertes cargas de religión católica, así como símbolos de honor y virtud, a lo que se sumaba la icónica Virgen de Guadalupe.
Los colores verde, blanco y rojo se utilizaron por primera vez por el Ejército Trigarante en 1821, con Agustín de Iturbide a la cabeza. La combinación pretendía representar a la Iglesia, la propia Independencia y la unión de la ya entonces nueva patria, pero al mismo tiempo era un llamado de reconciliación con España. En esa bandera ya aparecía una águila de frente, con la cabeza inclinada a la derecha y las alas extendidas.
En 1823 el Congreso Constituyente emitió el decreto por el cual se determinaba conservar los mismos colores pero añadir un escudo con el águila mexicana parada sobre un nopal que nazca de una peña entre las aguas de la laguna y agarrando una culebra en actitud de despedazarla con el pico. En su periodo de mandato, Benito Juárez cambiaría el significado de los colores: el verde como símbolo de esperanza, el blanco la unidad y el rojo la sangre de los héroes patrios.
Otro cambio de diseño lo hizo Porfirio Díaz, quien determinó que las bandas irían en posición vertical y el águila de frente con las alas extendidas, algo que dejaba en claro sus influencias francesas.
Años después, el presidente Venustiano Carranza emitió un nuevo decreto donde se estipulaba que el escudo quedaría con el águila de perfil, evocando al Código Mendocino en representación de cómo se fundó Tenochtitlan. Para evitar que el escudo y otros símbolos patrios se usaran a discreción, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz emitió una serie de principios jurídicos al respecto, los cuales permanecieron intocables hasta que varios años después Miguel de la Madrid Hurtado dio a conocer la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional, ratificando el diseño de 1968.