Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- En plena sesión virtual del Congreso de Michoacán, a la diputada Cristina Portillo se le olvidó desactivar el audio de su computadora, y para sorpresa de todos sus compañeros se le escuchó decir “ya me tengo que ir”, palabras que fueron seguidas de un gran y largo bostezo.
En el momento que la diputada de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) mostró su aburrimiento, los demás legisladores votaban una propuesta para que el predio en que estuviera el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Morelia, valuado en 325 millones de pesos, no sea privatizado y el gobierno del Estado lo done para el traslado de las oficinas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a la capital del estado.
No es la primera vez que un capítulo así de bochornoso se presenta en la actual Legislatura local. El pasado 19 de agosto, el diputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Antonio Soto Sánchez, también protagonizó un momento durante una sesión virtual para aprobar la glosa en relación al Cuarto Informe del estado. El funcionario olvidó silenciar su micrófono después de su intervención, debido a esto, se le escuchó aceptar que no tenía idea de su decisión; en sus palabras literales: “pues ya no supe por qué puta madre voté”.
En tanto, el 24 de junio la también diputada morenista Mayela del Carmen Salas tildó de "nacos" a sus compañeros cuando éstos decidieron rechazar un punto de acuerdo presentado por ella. Al igual que en los otros casos, no cerrar el micrófono en la sesión virtual fue el motivo para que la expresión se hiciera pública.