Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Don Chava anda de allá para acá cuando el semáforo se pone en rojo en un crucero de Morelia. Algunos conductores echan un vistazo indiferente al envoltorio blanco que lleva en la mano izquierda y otros simplemente hacen como que no lo ven. La temperatura ronda los 30 grados, pero el ambiente mezclado de calor y smog no es impedimento para que el señor de 80 años siga vendiendo sus discos, cuya letra y composición son suyos.
Algunos conductores echan un vistazo indiferente al envoltorio blanco que lleva en la mano izquierda y otros simplemente hacen como que no lo ven. La temperatura ronda los 30 grados, pero el ambiente mezclado de calor y smog no es impedimento para que el señor de 80 años siga vendiendo sus discos, cuya letra y composición son suyos.
Salvador Uribe Rodríguez viste un pantalón gris, una camisa de rayas azul y una chamarra del mismo color, pero marino. En la espalda lleva una pequeña mochila verde y se apoya en un bastón desgastado. Pese a la diminución del Covid-19 porta un cubrebocas negro. Dice que durante la pandemia suspendió la venta para no enfermarse, aunque ahora continúa, pues tiene otras cuestiones de salud que atender.
Se apretó o aflojó un tornillo
Él trabajaba en México, duró muchos años en la capital, pero un día viajando en carretera con unos amigos tuvo un accidente; “Andábamos por ahí en un carro, después del accidente compuse un corrido y me quedó bien, me empezaron a felicitar, o sea que algún tornillo que andaba por ahí medio flojo se apretó o se terminó de aflojar, pero de ahí nació la inspiración”.
Dice que no canta porque no lo hace bien y que tampoco era un anhelo que tuviera de niño, sino que simplemente entró un día a su vida y que de una palabra, salió una tonada y luego la música. Fue así como comenzó todo.
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La guitarra y el acordeón se escuchan de fondo en la mayoría de los temas, mientras la letra es interpretada por Los Tesoros de Michoacán. Don Chava refiere que es un grupo muy bueno al que le pagó hace más de 10 años, 15 mil pesos para que le grabaran el disco.
Actualmente compra alrededor de 100 discos cada semana, y el lugar donde se los reproducen le cobra mil 500 pesos; él los vende en 30 cada uno. “Tengo mucho tiempo vendiéndolos, en la pandemia duré mucho tiempo si trabajar, pero aquí ando, echándole ganas otra vez”.
Norteñas y uno que otro bolero
El compositor afirma que se pasea por las calles en busca de un cliente, que está en muchas partes que ni sabe dónde. Un día lo pueden encontrar en la zona de Las Américas, otro en el Ancla, después en los portales o en las plazas.
Le va bien, reconoce con una sonrisa, porque la gente lo apoya y aunque muchas personas le han aconsejado que venda los discos a un precio mayor, asegura que no lo hará, y que si hay quien ofrece más lo acepta, pero no es algo que él busque.
El CD que tiene impreso de fondo el Acueducto de Morelia y encima el rostro del señor, está además rotulado con letras de color blanco y naranja que dicen “Composiciones de Don Chava con Los Tesoros de Michoacán”. El repertorio incluye 12 canciones que hablan de amor y desamor.
Una noche tranquila y hermosa yo me puse a contar las estrellas/ imposible se me hizo contarlas pero si me entretuve con ellas/ la estrellita mas linda que vi como loco yo quise bajarla/ pero nunca la pude alcanzar, de mis manos ella se escapaba.
Un repertorio de más de 300 canciones
En total tiene 62 canciones registradas ante el Registro de Autores y Compositores de México, aunque su repertorio cuenta con más de 300 temas, todos ellos sacados desde la inspiración; el CD que oferta en los cruceros incluye norteñas y uno que otro bolero.
Vender discos es una forma de ingresos para Don Chava, aunque no es el único, pues platica que lo pensionaron con un medio sueldo por 20 años de servicio, recibiendo 3 mil 500 pesos al mes. Sin embargo, asegura que el dinero no alcanza pues también padece de presión, diabetes y gastritis.
“Me acaban de operar de la vesícula, también ando al pasito porque estoy mal de mis pies y rodillas, pero estar aquí me sirve para distraerme, aunque me duelan mejor camino para no estar sentado, además no pido limosna, yo trabajo”, afirma, mientras se aleja y cambia de nueva cuenta la luz verde.
Los invito a que vivamos todo el año como hermanos nada nos puede costar/ todos juntos caminemos cosas buenas lograremos y volvamos a empezar. Y nosotros no sabemos si al año aquí estaremos y desear felicidades/ pero si no nos encuentras nuestros recuerdos comentas por toditos los lugares...