El arte del más allá en busca de espacios

Mónica Tamariz Sánchez es una joven artista que a través del maquillaje y la pintura ha conquistado nuevos lugares de expresión

Paola Mendoza | El Sol de Zamora

  · domingo 3 de noviembre de 2019

Foto: Carmen Hernández

Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- Con las festividades de la Noche de Muertos, las calles de Morelia se adornan de miles de colores, flores de cempasúchil y un desfile de catrinas que viste por varios días las calles de “La Ciudad de la Cantera Rosa”; detrás de toda esa preparación yacen cientos de manos trabajadoras que preparan nuestras las representaciones y le dan un toque diferente a la celebración.

Entre ellos destacan los talentos de aquellos que ven esta celebración y la vida misma como una muestra de arte, tal es el caso de la exposición fotográfica “Vida fui, muerte soy” y de los artistas que se esconden detrás de ella.

En las fotografías se puede observar cómo la muerte visitó algunos rincones de la ciudad de Morelia, se enamoró de las paredes de cantera, de la vista de nuestra emblemática Catedral y como última parada llegó a la Biblioteca Pública de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), para pasar sus días entre libros viejos y recuerdos nuevos.

Esto es un poco de lo que la artista visual, Mónica Tamariz Sánchez plasmó en las seis fotografías que se exponen en la Biblioteca Pública; ella es una joven artista que en esta muestra cultural funge como maquillista y modelo de la exposición.

Mónica Tamariz es una joven veracruzana de 20 años que estudia la carrera de Artes Visuales en la UMSNH, en su tercer semestre de universidad, la artista cuenta con diferentes trabajos en la ramas del dibujo, la pintura, el body paint y la producción audiovisual.

Desde pequeña siempre supo que el dibujo era su lugar de escape, “yo siempre supe esto era lo que me gustaba, llegaba de la escuela y lo primero que hacía era ponerme a dibujar en mis tiempos libres”; sin embargo, no fue hasta la edad de 14 años, cuando descubrió que el arte era no sólo un pasatiempo sino su manera de vivir.

Fue de tal suerte que, con el respaldo de amigos y familiares Mónica comenzó a crear, dibujos, pinturas, intervenciones en textiles y plásticos, hasta rayando las paredes de su casa, siempre buscando el espacio para poder expresarse, que si bien esto es un gusto y una pasión, pasó a convertirse en un trabajo.

Yo pinto para poder pintar, (...) pero también intervienen otros procesos porque no es sólo el pintar para vender, sino vender lo que pintas, es un concepto muy diferente

El trabajo es vasto y variado, una clásica de sus fines de semana es la intervención a fundas celulares y textiles como tenis y chamarras, es de esta manera que la artista monetiza sus creaciones y puede invertir en proyectos a futuro.

Sin embargo, el ser artista en esta época contemporánea presenta diversos retos; además de esta idea que prevalece de que el arte “no deja”, también existe la una responsabilidad como creador de dejar algún mensaje en el imaginario colectivo, que las obras que se realicen realmente tengan un impacto.

El arte a mí me ha hecho quien soy ahora, me ha hecho más sensible a lo que me rodea, a mis realidades, (...) hacer arte es un proceso más difícil de lo que se cree, es por eso que yo también siento una necesidad de que más haya de la técnica, lo que haga tenga un discurso social, que la gente no se quede con él ‘fui a una exposición y todo muy bonito’, sino realmente incidir

Bajo esta óptica, así como Mónica los artistas morelianos se enfrentan a otro problema coyuntural: la búsqueda de espacios para proyectar sus creaciones, porque si bien Tamariz Sánchez considera que en Morelia se produce mucho arte y de calidad, la realidad es que la ciudad se queda corta en espacios.

La falta de galerías de arte, así como las tardías gestiones para conseguir espacios donde proyectar por ciertas temporadas ha sido un impedimento para impulsar su talento hacia otros espacios, ocasionando que se tengan que migrar hasta a otras ciudades para proyectar lo que en la capital michoacana se produce.

Ejemplo de ello, fue la muestra maquillaje y fotografía que realizó el año pasado en la Ciudad de México, la cual adornó la estación del Metro Pino Suárez todo el mes de noviembre, un trabajo que a su corta edad la llena de orgullo y ha sido un impulso para continuar en el negocio.

Yo creo que nuestra chamba aquí es buscar espacios, desde más chica yo siempre me la creí, no me voy a esperar a terminar la carrera para hacer algo; además el ser artista es un trabajo de tiempo completo, no es como que llegues a tu casa y te quites el saco, es un trabajo constante, eres tú, son tus emociones, es el día día

De tal forma que respaldada por su familia y amigos cercanos Mónica trabaja a comisión pinturas, dibujos, cuadros, intervenciones y demás a través de encargos por medio de redes sociales, las cuales considera han sido una gran plataforma para su desarrollo como artista y el poder darse a conocer en un mundo tan competido.

Según relata, semana con semana llega a su buzón una petición distinta, siendo que algunas de ellas vienen hasta de otras ciudades del país, el uso de Instagram y Twitter han potencializado el arte que en ocasiones no se consume aquí.

Así pues, Mónica relata que por ahora el futuro es incierto, que así como el arte ella también está en constante cambio, “así como ahorita me gusta mucho el maquillaje y el body paint, también me gusta la producción y la gráfica, no sé que voy a estar haciendo en cinco años, pero eso también es un parte que me encanta de este proceso en el que me desenvuelvo”.