“El Misterioso” con la tradición tatuada en la piel

El costo de cada torito y sus adornos ronda los seis mil pesos

Paola Mendoza | El Sol de Zamora

  · sábado 29 de febrero de 2020

Foto: Fernando Maldonado | El Sol de Morelia

Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- La tradición de los toritos de petate se ha extendido por años en las calles de la ciudad de Morelia, en los barrios y las colonias hay decenas de jóvenes que crecieron con la tradición tatuada en la piel.

El son de la tambora saca sus mejores pasos, pintados de los rostros, con una falda y un chaleco abierto, las calcetas largas y sus tenis más cómodos, los apaches recorren las calles los días de carnaval y Semana Santa, una tradición que se pasa de generación en generación, negada de morir.

Un reflejo de ello, es el caso de la familia Pérez Torres, quienes año con año pasean por las calles del primer cuadro de la ciudad al monumental torito, "El Misterioso del Centro", una estructura de alambre y escarcha de más de 30 kilos que danza al ritmo de las trompetas y una buena cooperación.

Su dueña, la señora María del Socorro Torres, relató a El Sol de Morelia que algunas de las anécdotas que esta bella tradición le ha dejado a ella y a sus hijos en sus 27 años de historia.

"Yo tuve 11 hijos, 10 varones y una nena, mis hijos eran bien canijos, se me salían de un lado y pa' otro, pero cuando era la época de los toros, todos se me peleaban y para evitar cualquier problema, mejor decidimos hacer el nuestro", refirió.

De tal forma que, comenzando por un cajón sencillo y unas cuantas flores de colores, la señora María y sus hijos comenzaron a bailar el torito en el año de 1993, unos cuantos vecinos de la cuadra se pegaban y así, la colonia comenzó a cooperar para una banda de vientos y percusiones.

Poco a poco, con gusto y amor por la tradición, el "Misterioso del Centro" comenzó a hacerse un torito de renombre, "en las escuelas lo piden, por las calles nos paran para bailarlo, vamos hasta las bodas si es que nos necesitan".



Aún con los gozos y las alegrías, la señora María Torres, mejor conocida como "La maestra" aseguró que no todo es fiesta y confetti, pues detrás de lo que se pasea y se viste por las calles, están las horas de trabajo y preparación para llevar a cabo el Carnaval, un trabajo que dura todo el año.

"La maestra" de la calle 1º de Mayo, señaló que sus 10 hijos trabajan en la realización de la caja del torito de petate y los diferentes adornos que acompañan sobre la cresta al toro con al menos 20 días de anticipación al inicio del carnaval, una tarea ardua que se dividen entre todos.

Mi hijo el mayor "Marimar" le decimos, él es el que se encarga de crear e imaginar todos los adornos, él los dibuja, nos los muestra y los hace, él solito, es su tarea y lo que gusta hacer

Para estos días de carnaval "El Misterioso del Centro" salió con tres adornos diferentes, unas guarecitas, unos viejitos michoacanos y unos peces de colores con bastoneras incluidas, cada adorno requirió de por lo menos una semana de preparación, porque un torito tan conocido como “El Misterioso”, no puede repetir atuendo.

El costo de la realización de este torito y sus adornos, se elevó a los seis mil pesos entre todos sus adornos y soportes, ya que, es importante utilizar los materiales de mejor calidad en el proceso de la elaboración, “si queda muy pesado, no se baila bien, se lo van a ir pasando de cuadra en cuadra y ni se disfruta, y si queda muy ligero se lo lleva el viento”.

El torito de petate se hace con una base de madera, sobre la cual se montan los adornos principales, se forra con una pequeña faldilla, para tapar al portador y los adornos estrafalarios que van a la imaginación de los realizadores, se hacen con alambres y papel maché, posterior de la elaboración, se pinta y se escarcha, de poco a poco.

La señora María del Socorro aseguró que realizar un torito de petate desde cero llega a ser “una tarea titánica”, pero que el amor a la tradición vale la pena y los costos, pues ella y sus hijos se preparan no sólo mental y físicamente para las fiestas de Carnaval, sino también de manera económica.

“Nosotros no nos endeudamos para salir a divertirnos, pero dejame decirte que sí es caro, el hacer el torito por un lado, el pagarle a los músicos que van a tocar los cuatro días y darles de comer a todos los chamacos, porque andan todo el día en la calle”, expuso.

“La maestra” recuerda que en hace ocho años las bandas cobraban alrededor de 10 mil pesos por los cuatro días de Carnaval, ahora los precios se han elevado hasta los 60 mil pesos, por lo que necesario hacer una “vaquita” durante todo el año.

El dinero que se recibe de los shows en las escuelas, así como bodas y otro tipo de eventos sociales, además de las bailadas de torito fuera de los hogares, es el recurso en el que se apoya la familia Pérez Torres para continuar esta tradición año con año.

Así como “El Misterioso de Centro”, el “Aventurero”, cuenta con una historia de 25 años, recorriendo las calles de la colonia Ventura Puente desde las 11 de la mañana hasta las 2:00 horas del siguiente día, la fiesta no para, hasta que las tamboras y las trompetas dejan de sonar.

Juan Rodríguez, un joven fiel a la tradición de los toritos de petate, bailó desde sus siete años de edad, al lado de este torito; en entrevista para El Sol de Morelia, relató que desde pequeño se escapaba de su casa para irse a bailar con sus amigos de la cuadra.

Yo me le salía a mi jefa, me iba todo el día desde la mañana y regresaba ya en la noche, bien comido, bien paseado y bien divertido

Al poco tiempo, su amor por las festividades de Carnaval lo llevó a involucrarse en la creación y elaboración del mismo, cuenta que por algunos años, ayudó de viva mano a decorar los cajones y enrollar el alambre que le da forma a las figuras que adornan las cabezas y los laterales.

Juan o “Cejón” como lo conocen en el barrio, señala que la realización de los toritos es su parte favorita “pasar las horas con las manos llenas de escarcha y pegamento para verlo armado es lo más chido”, por la parte económica la preocupación es la misma, más que el recurso para la elaboración del toro, el conseguir la banda es lo más costoso.

Tanto Juan Rodríguez como la señora María del Socorro concordaron en que de no mejorar la situación social que estigmatiza a los toritos de petate, la tradición podría morir por falta de recursos.