Morelia, Michoacán (OEM Infomex).- Las peregrinaciones en torno al Señor de la Expiración suelen desbordar a los habitantes de Capacho y Cuitzeo; el primero, una pequeña tenencia de Huandacareo, el otro, uno de los ocho pueblos mágicos de Michoacán. Son miles los fieles que rinden culto a esta figura de la religión católica hecha con pasta de caña, por lo que la segunda mitad de octubre se vive una devoción particular, con noches iluminadas por luces que destacan en todo lo alto, pirotecnia al pormayor y el repique de las campanas que no cesa.
Pero sobre todo, la gente de ambas comunidades no se cansa de alabar a ese Cristo a quien le atribuyen todo tipo de milagros, desde la cura de enfermedades hasta la prosperidad económica.
De acuerdo a la investigadora Silvia Ortiz Echanis, “el Señor de la Expiración, también llamado el Cristo Viajero o Cristo Peregrino, es una imagen de bulto que representa a Jesús en su cruz en el momento de morir”, mientras que la académica Patricia Ayala García expone en el documento Cruz y Ficciones que a esta figura se le venera no solo en nuestra entidad, sino también en Colima, Jalisco y Nayarit.
El Archivo de la Provincia Agustiniana de Michoacán señala que figuras como la del Señor de la Expiración obedecen a una evangelización cristocéntrica, lo que dio pie a la presencia del Cristo crucificado como patrono. Así, los íconos se visualizan en El Señor del Amparo en Huandacareo; El Señor de la Clemencia en San Agustín del Pulque; El señor de la Divina Clemencia en Santa Ana Maya y El Señor de Araró en el municipio de ese mismo nombre.
“La Expiración es el desenlace de la Pasión y se describe en los Evangelios y visiones de Santos y Beatos como el último aliento del Cristo vivo y la entrega de su espíritu a su Padre, cumpliendo las profecías de Juan el Bautista y de acuerdo con la teología cristiana y católica expiando los pecados de los hombres desde la expulsión de Adán y Eva del Paraíso”, expone Ayala García.
Más venerado que la santa patrona
Fue el 1 de noviembre de 1550 cuando Fray Francisco de Villafuerte puso la primera piedra para construir el Templo de Santa María Magdalena en Cuitzeo. De acuerdo a información de la Secretaría de Turismo federal, esa iglesia cuenta con una bóveda de cañón corrido de 70 metros de largo que termina en un ábside soportado por nervaduras y el altar mayor de corte gótico con la Santa Patrona en la parte más alta, además de ocho altares laterales y un órgano monumental. También hay un monasterio con dos claustros y los techos de ambas construcciones son de bóveda construida por Fray Jerónimo de Morante, con frescos pintados en sus muros y un guardapolvo pintado por fray Cosme Rangel en 1612.
Sin embargo, ni la belleza arquitectónica del templo ni el hecho de que María Magdalena sea la patrona del pueblo, logran superar al Señor de la Expiración en cuanto a fieles creyentes, por lo que se ha convertido en el factor que une a ambas poblaciones.
Mario Rico Lázaro, presidente de la Mesa Directiva del Señor la Expiración 2023, relata que en 1769 el pueblo de Cuitzeo vivía una de sus peores crisis de salud, pues se comenzó a propagar la enfermedad conocida como Mazatincla, misma que acabó con la vida de casi todos los moradores del ex Convento de Santa María Magdalena.
De forma paralela, en las faldas del Cerro de Manuna, tres personas encontraron la imagen religiosa a la sombra de un árbol, dándole resguardo en el mismo templo. Uno de los pobladores dio aviso del hallazgo a la gente que habitaba en lo que hoy se conoce como Yuriria, por lo que el santo se resguardó ahí por otro lapso. El sacerdote de la región, Manuel Horta, debía decidir qué hacer con la imagen, y optó por hacerle una capilla en Capamocutiro, hoy Capacho.
A lo largo de 254 años, la tradición marca que el Señor de la Expiración permanezca cuatro meses en Cuitzeo y ocho en Capacho. La imagen se traslada para su resguardo al ahora pueblo mágico en un sábado posterior a las fiestas del Sagrado Corazón de Jesús, que para efectos de este año será el 17 de junio y el 17 de octubre va de regreso a Capacho.
David Pintor Lázaro, otro de los integrantes de la Mesa Directiva, agrega en entrevista que cada 26 de mayo se firma un documento responsivo, donde las comitivas y los curas de ambos pueblos se aseguran de que no haya incidentes ni maltrato a la imagen venerada, lo que incluye nunca tocarla con las manos. Este es un elemento fundamental, pues saben que es una pieza única que no debe correr absolutamente ningún riesgo.
“La fiesta de María Magdalena es el 22 de julio, debería ser la fiesta más grande de Cuitzeo, pero apenas se retomó hace unos 25 años y la verdad no ha levantado mucho”, reconoce Rico Lázaro. Incluso los sacerdotes de la región han intentado que el festejo sea más grande, pero nada se puede imponer a las creencias de la gente.
Fiesta inigualable
Entre el 2 y el 17 de octubre la fiesta por tener al Señor de la Expiración inunda las calles de Cuitzeo. Hasta el día trece se reza el novenario, con las procesiones que hace cada una de las comunidades del municipio: Chupícuaro, Cuamio, Cuaracurío, Las Cintas, San Juan, La Palma, San Agustín del Pulque y Mariano Escobedo. En esas peregrinaciones abundan las flores y las ofrendas que se entregan a los sacerdotes.
El 14 de octubre la imagen sale a recorrer el pueblo, pasando por cada una de las calles que colocan descansos, por lo que la gente “truena sus enchorizados”, sobre todo con una variedad de luces por la noche. Los pobladores suelen ofrecer pozole y “calientito”, es decir, tés naturales, todo con recursos provenientes de donaciones. En el momento en que el Cristo se coloca en la plaza principal, llueven los aplausos de los fieles, mientras que suele haber música alusiva a la religión católica.
Para el día 15 empieza la fiesta, es el día de hacer las Primeras Comuniones y las Confirmaciones, lo que da pie a las vísperas y el arribo de bandas musicales. Por la noche se hace un baile del recuerdo, con grupos de muchos años de trayectoria para complacer a las antiguas generaciones.
A las 5:30 horas del día 16, se hacen las tradicionales Mañanitas, donde este año participarán integrantes de los cuatro cuarteles de la zona, cada uno aportando una banda musical. A mediodía la imagen es llevada a la explanada y ahí se realiza la misa, pues suele congregar a tanta gente que no cabría en el templo. La tradición está tan arraigada, que suelen llegar más de siete mil fieles a la liturgia, encabezada por el obispo y nueve sacerdotes. Casi al mismo tiempo hay una cabalgata que sale de Huandacareo.
Cuando llega la noche se hace el también tradicional palo encebado, quizá el momento más relajado porque los participantes luchan por llegar a la cima mientras el público los anima. Después se viene el baile estelar, con conjuntos contemporáneos que suelen reunir a más de 10 mil personas sobre la plazuela.
A eso de las 2:00 de la mañana es hora de descansar un poco, porque después el Señor de la Expiración regresa a Capacho. No importa que las condiciones climáticas sean adversas, pues en años anteriores, como el 2019, la lluvia acompañó a los peregrinos que no quisieron despegarse de su deidad.
Los integrantes de la Mesa Directiva del Señor la Expiración remarcan la importancia de que más gente conozca esta tradición religiosa para que sea parte de una ruta cultural de la zona. Ante la sequía que ataca al Lago de Cuitzeo, los habitantes han ido perdiendo ingresos derivados de las actividades primarias, por lo que una mayor exposición de sus tradiciones llevaría beneficios directos. En eso coinciden estudios como el de Zuleyma Munguía Castro y Diego García Vega, quienes afirman que el potencial natural, cultural, social, político, y económico del Pueblo Mágico no ha alcanzado un reconocimiento a nivel regional, debido “a una falta de comercialización y aprovechamiento de los sitios”, por lo que proponen “la creación de una ruta turística que fomente el mejoramiento de las condiciones de vida de sus habitantes y promueva la participación de las comunidades locales”.