Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Mientras sobre la avenida Francisco I Madero en Morelia se manifestaban los pobladores de Arantepacua, rompiendo vidrios y lanzando cohetones, el arzobispo Carlos Garfías Merlos llevó a cabo la Misa Crismal, en la que renovaron las promesas sacerdotales, se consagró el Santo Crisma, se bendijeron los óleos o aceites para los enfermos y para quienes van a ser bautizados.
Los estruendos retumbaron dentro de la Catedral de Morelia, pero la misa continuó ante las miradas de intriga de los creyentes que llenaron el recinto religioso para en algunos momentos salir a ver qué sucedía al exterior, situación que obligó a que se cerraran las puertas del recinto.
Sin contratiempo alguno, esta ceremonia continuó y Garfias Merlos invitó a los sacerdotes presentes, a renovar su consagración y dedicación a Cristo y a la Iglesia, al tiempo de lanzar un llamado para que se encuentren disponibles para la Arquidiócesis de Morelia.
“Queridos hermanos sacerdotes, como elegidos del Señor, hoy se nos pide también a nosotros ser portadores del mensaje de salvación que muchos intentan sofocar. No es fácil ser mensajeros de la verdad, pero la gente debe ver nuestro testimonio sacerdotal y las enseñanzas que vienen directamente de Jesucristo. Es urgente que sigamos caminando juntos y en la misma dirección sacerdotes. Los necesito disponibles”, declaró Garfias Merlos.
De igual forma les recordó que como sacerdotes no son los dueños de los fieles, al tiempo de saludar a la distancia a los sacerdotes que por distintas cuestiones como él mismo señaló, no pudieron asistir a la Misa Crismal.
Previo a la renovación de las promesas sacerdotales, se llevaron en procesión los óleos al altar, donde el Arzobispo de Morelia los vio pasar así como el Santo Crisma. Antes de concluir la Misa Crismal, Garfias Merlos bendijo a todos los creyentes al tiempo de pedirles mantener en sus rezos a los sacerdotes.
¿Qué es la Misa Crismal?
La misa crismal, es presidida por el Obispo, y concelebrada con los sacerdotes de la diócesis. En esta celebración religiosa se consagra el Santo Crisma, de ahí el motivo del nombre de Misa Crismal. Además se bendice los restantes óleos o aceites para los enfermos y los que se van a bautizar.
El Crisma es uno de los aceites santos usados en la Iglesia católica tanto romana como ortodoxa, y en las Iglesias orientales en determinadas ceremonias.
El Santo Crisma, es decir, el óleo perfumado, representa para los católicos, la representación del mismo Espíritu Santo, que se da el día del Bautizo y de la confirmación, así como en la ordenación de los sacerdotes y obispos. El aceite de oliva es el líquido apto para el sacramento.