Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- La última vez que ellas se habían manifestado en las calles de Morelia fue el 8 de marzo, cuando en el marco del Día Internacional de la Mujer inundaron la avenida Madero con sus consignas, agrupadas en el hartazgo por los crecientes feminicidios que el Estado es incapaz de detener.
Casi siete meses después, y ya sin importar la recomendación de evitar aglomeraciones para no propagar el Covid-19, miles de michoacanas volvieron a caminar por el Centro Histórico, esta vez para clamar justicia para el caso de Jessica González Villaseñor, desaparecida el 21 de septiembre y cuyo cuerpo fue encontrado sin vida el viernes por la tarde.
El punto de reunión fue la plaza Villalongín y la Calzada de San Diego a las 17:00 horas de este sábado, lugar al que poco a poco arribaron miles de mujeres, la mayoría de ellas jóvenes, ataviadas con pañuelos morados y blusas negras en señal de luto.
Las consignas comenzaron a escucharse antes de que el contingente avanzara de oriente a poniente, con la meta de llegar hasta Palacio de Gobierno, frente a la Catedral moreliana. Ya bien organizados los bloques, se avanzó con gritos corales como “¡Justicia!”, “Jessica, hermana, aquí está tu manada” y uno de los más repetidos: “Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”.
Los rostros eran una conjugación de rabia e impotencia, pero también de fortaleza, de una lucha que no cesa porque no cesan los asesinatos contra mujeres en un país que, precisamente este 26 de septiembre, recordó a los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. La ciudad comenzó su sábado así, con cientos de estudiantes clamando que el Estado resuelva de una vez por todas una de las heridas más crudas en la época contemporánea.
Aunque los primeros minutos de la marcha transcurrieron sin mayores altercados y con algunos comerciantes que mostraban su solidaridad con las manifestantes, a mitad del recorrido comenzaron a estallar los cristales de distintos edificios de cantera. Las más radicales optaron por “romperlo todo”, así que tanto oficinas de gobierno como bancos sufrieron daños materiales y algunas pintas.
Al llegar al corazón del Centro Histórico, una valla de policías ya resguardaba el frente del Palacio de Gobierno, lo que ocasionó enfrentamientos verbales, golpes contra los escudos y un intento de incendiar la puerta principal, pero no pasó a mayores.
Las mujeres siguieron clamando justicia para Jessica y exigieron la localización del culpable, quien hasta ahora es identificado como Diego, aunque las autoridades no han dado nombre alguno.
La concentración no dio pie al descanso; hubo minutos de silencio, hubo brazos levantados, puños cerrados, saltos de júbilo y pañuelos morados al aire. Frente a la plaza Melchor Ocampo se leían cartulinas con las leyendas “Tocaste a una y vinimos a quemarlo todo”, “A cada minuto, cada semana, nos roban amigas, nos matan a una hermana” o “Vivas nos queremos”, escrito sobre una bandera mexicana.
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Poco después de las 19:30 horas la manifestación comenzó a dispersarse, no sin antes recordarle al Estado que volverán a salir cada que sea necesario, que lo quemarán todo hasta que el país no cambie.