Zamora, Michoacán.- El envenenamiento y maltrato de animales es una situación que ha encendido las alarmas en Zamora. Ayer, 26 de noviembre, la comunidad del fraccionamiento Monte Olivo presenció la trágica muerte de "Lucky", una perrita Husky de tres años, envenenada dentro de su propio hogar. Este incidente, narrado por su dueño, Ulises Tinoco, resalta un problema que afecta no solo a los animales, sino también a las familias y a la ciudad en general.
En entrevista con Ulises, comentó que esta no era la primera vez que "Lucky" sufría envenenamiento. En una ocasión anterior, el contacto de la perrita con veneno intoxicó a su hija pequeña, quien permaneció hospitalizada por tres días. “Es común encontrar perros y gatos envenenados casi a diario en el fraccionamiento. Parece que alguien está dejando veneno en puntos estratégicos. Es preocupante porque también representa un riesgo para las personas, especialmente niños”, dijo Tinoco.
Además del dolor emocional causado por la pérdida de "Lucky", el dueño expresó temor por su seguridad, pues conoce casos en los que el envenenamiento de mascotas precede a un intento de robo domiciliario. A pesar de sospechas sobre posibles responsables, Tinoco explicó que la falta de pruebas dificulta avanzar en una denuncia.
Una problemática de siempre
Según Haydee Alfaro, directora de Protección Animal y Ecología en Zamora, este tipo de maltrato demuestra el recorrido que falta en lo referente a la consciencia contra el maltrato animal. Alfaro destacó que, aunque la ciudad ya tiene años que cuenta con iniciativas y asociaciones que han generado avances significativos, aún falta camino por recorrer.
“La creación de la Dirección de Protección Animal hace tres años es una muestra del progreso, ya que hay ciudades que aún no cuentan con esta, pero nuestras facultades están limitadas mientras no se aplique el nuevo reglamento de protección animal. Este reglamento podría otorgarnos herramientas más efectivas para sancionar y prevenir este tipo de delitos”, compartió Alfaro.
Actualmente la dirección recibe entre 150 y 200 reportes mensuales de maltrato animal. Sin embargo, muchas veces las denuncias se quedan estancadas debido a la falta de pruebas, testigos o temor para proceder legalmente.
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El impacto del envenenamiento
El uso de sustancias como la warfarina, un veneno prohibido altamente tóxico, es un problema recurrente. Alfaro enfatizó que estos venenos no solo afectan a los animales, sino que también contaminan el suelo y pueden envenenar a personas. Además, señaló que el maltrato animal es un indicativo de posibles conductas violentas que podrían escalar hacia otros delitos. Por lo que al denunciar este tipo de actos, se puede prevenir algo mucho peor.
Para mitigar estos problemas, la dirección planea realizar talleres para capacitar a la ciudadanía sobre cómo reaccionar ante un caso de envenenamiento. “Es importante actuar rápidamente. Se puede administrar agua con sal, carbón activado o agua oxigenada mientras se acude al veterinario. Los síntomas más comunes incluyen espuma por el hocico, convulsiones y diarrea”, comentó Alfaro.
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En tres años, la dirección ha realizado más de 10 mil esterilizaciones y campañas de adopción que han logrado colocar a 150 animales al año en hogares responsables. Sin embargo, la sobrecarga en la unidad canina y la falta de recursos siguen siendo grandes desafíos.
“La conciencia está creciendo, pero necesitamos más apoyo ciudadano. Denunciar es clave para combatir el maltrato y prevenir futuros actos de violencia”, reafirmó Alfaro.
La trágica muerte de "Lucky" es un recordatorio de que la responsabilidad recae tanto en las autoridades como en los ciudadanos. Debemos trabajar en crear consciencia para convertirnos en una ciudad más empática.