Morelia, Mich (OEM-Infomex).- En medio de la avenida la alegata no cesa. Son solamente diez vecinos los que intercambian puntos de vista, pero el murmullo abarca una buena parte de la calle que se encuentra justo atrás de Waltmart La Huerta. Como todos los días, desde el pasado 2 de mayo, intentan ponerse de acuerdo en las estrategias que utilizarán para frenar la instalación de un gasoducto subterráneo en la zona.
La tarde es nublada en la colonia Rinconada del Valle y al enredoso trámite legal que implica detener la obra, se ha sumado la presencia de lluvias que ha hecho que el camino sea lodoso, empedrado, incómodo y que comiencen a aparecer los primeros encharcamientos con sus respectivas parvadas de moscos.
Entre peatones y motociclistas que logran burlar el bloqueo, se encuentra Iris García Valenzuela, una de las vecinas más activas del movimiento. Con múltiples documentos en la mano, explica una y otra vez los motivos por los que se estaría violando la normatividad si se construye un gasoducto en ese lugar.
“El Ayuntamiento de Morelia no nos ha dado los informes correspondientes y verídicos con todos los detalles técnicos de la obra, pero yo me he dedicado a leer todas las leyes en las ciudades donde se han hecho obras de este tipo y me he encontrado con que un gasoducto debe de estar mínimo a veinte metros de una casa-habitación, cosa que no sucede aquí”.
Fue a finales de abril cuando la empresa Gas Natural del Noroeste comenzó con los trabajos de instauración del ducto natural bajo el argumento de contar con las licencias a nivel federal; sin embargo, a base de organización, los vecinos de los alrededores han estado logrando retrasar la obra.
Con rondas de vigilancia que se extienden hasta la una de la mañana, colecta de firmas que ya superan las mil 600 y asesorías legales que tienen el objetivo de interponer amparos, los colonos están intentando hacer eco social para advertir que sus vidas corren peligro.
Pese a que Iris García proyecta un rostro de cansancio como la mayoría de sus compañeros, asegura que ningún plan de desgaste va a generar que los vecinos claudiquen en sus demandas. Si bien reconoce que es la primera vez que se involucran en una movilización de este tipo, también afirma que están listos para soportar el vendaval que provenga desde las autoridades o la empresa particular.
“Han venido a ver la obra algunos ingenieros que viven aquí y todos coinciden en que esto está fuera de norma, además de que es bien sabido que por aquí se atraviesa una falla geológica, entonces no entendemos por qué el Ayuntamiento no ha querido responder a los oficios que se le han enviado”.
Si bien hay un grupo de vecinos firmes ante la situación, existe otro que se ha ido alejando poco a poco al acusar que el movimiento se ha contaminado y politizado desde que se permitió el acercamiento del diputado local Juan Carlos Barragán.
Ante ello, los ahora activistas responden que se acercaron con el legislador porque es el representante del distrito, pero sobre todo, porque tampoco sabían a dónde más podían acudir para impedir que la obra llegara a su fin.
“Eso sí nos hace sentir debilitados y más sabiendo que el Ayuntamiento está de lado de las empresas, es cuando nos preguntamos qué pasa con el apoyo a la ciudadanía. Pero no importa, si es necesario, este tema lo vamos a llevar a la Ciudad de México”.
A los alrededores de la avenida, los diferentes comercios registran poca actividad. Y es que, a decir de Iris García, son conscientes de que la clientela ha venido a la baja por el bloqueo que mantienen, pero hasta el momento, agradece que cuenten con su apoyo.
Sentados bajo un árbol, mientras ven caer la noche de martes, los diez vecinos vuelven a retomar el tema. Dialogan, dialogan y dialogan insistentemente. Son conscientes de que quizá se estén enfrentando a algo más grande que a una autoridad en turno. Saben que detrás de todo esto, existe la posibilidad de que estén presentes los intereses de empresas multinacionales y ahí sí, tendrán que emplear a fondo la energía que les resta.