Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- En los más de nueve años que Sabrina ha estado dentro del penal, resume que ha aprendido lo que no hubiera hecho afuera. Ha estudiado derecho y va en el cuatro semestre pero también ha aprendido estilismo, y quizás lo más importante es que se ha reencontrado con ella misma, según cuenta en entrevista vía videoconferencia.
Sabrina, es una de las 100 mujeres privadas de la libertad que están en el penal de mediana seguridad “David Franco Rodríguez”, mejor conocido como Mil Cumbres.
Está a punto de conseguir su libertad adelantada de una sentencia de 12 años, seis meses y 20 días, que se le impuso por cometer delitos federales.
Magaly Sabrina Maldonado Chávez, es de Tacámbaro, Michoacán y a los 32 años de edad fue sentenciada por portación de armas de fuego y otros delitos, en la época que ella recuerda como “un mal sueño en el que me juntaba con las personas inadecuadas”.
Tiene dos hijos, un hombre y una mujer, que hoy son mayores de edad y han formado sus propias familias; le hace ilusión soñar con el momento en los que se reencontrará con ellos, con su madre y con sus pequeños nietos.
“No pienso dejar de estudiar. Seré abogada y pienso ejercer y trabajar en ello”, dice mientras no deja de construir la piñata de siete picos que meterá al concurso de piñatas que este año ha organizado el programa Reinsertarte, de la dirección general de penales, del gobierno estatal, en beneficio de las personas privadas de la libertad.
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Explica que muchas de sus compañeras no sabían el significado de los picos de la piñata y, divertida, dice que decidió hacer esta piñata tradicional para representar también los males que han afectado su propia vida y el de sus compañeras del penal.
Todas llegaron ahí con historias similares en las que se vieron involucradas en delitos por “andar con gente que no debíamos, por no saber cumplir las reglas e incluso por hacer cosas que no sabíamos que eran delitos”.
Los nueve años y medio que ha pasado en la cárcel le han hecho tomar conciencia, asegura, de la importancia de las reglas en la vida de las personas y es por ello que decidió estudiar derecho.
Actualmente, 25 hombres y dos mujeres, cursan dentro de los penales del estado estudios de licenciatura. Sabrina es una de ellas.
La mujer confía también en que una vez que salga, quizás antes del 24 de diciembre de este año, pueda reintegrarse a la sociedad con éxito sin negar su pasado. Confía, porque cree en las instituciones, en que pueda encontrar trabajo y retomar su camino alejada de lo que hacía antes de llegar ahí.
“Deseo la libertad porque mucho tiempo estuve muerta; ahora conozco de leyes y seré una buena abogada, porque hay mucho que hacer, porque sé desde panadería hasta hacer bolsas artesanales y cortar el pelo. De hambre no me voy a morir”, enfatiza.
Sabrina, ha cumplido el 70 por ciento de su condena y así como construye poco a poco los siete picos de la piñata que representan los siete pecados capitales, espera romper de tajo con la vida que tenía antes de ser recluida.