Morelia, Michoacán.- Un huracán es un fenómeno natural con la capacidad de destruir ciudades enteras o provocar grandes estragos por los lugares que atraviesa. Se produce por medio de fuertes vientos originados en los océanos, girando de lado contrario a las manecillas del reloj, acompañado de truenos y lluvias intensas.
Para medir la intensidad de un huracán y anticipar sus efectos una de las herramientas más utilizadas es la escala Saffir-Simpson basada en la velocidad de los vientos. Es importante resaltar que no siempre la categoría de un huracán está relacionada con los daños que pueda generar.
¿Qué significa la escala de Saffir-Simpson?
De acuerdo al Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) la escala de Saffir-Simpson es una clasificación del 1 al 5 basada en la velocidad máxima sostenida del viento de un huracán que calcula los posibles daños materiales.
La escala fue desarrollada por el ingeniero de vientos Herb Saffir y el meteorólogo Bob Simpson, dividiendo el fenómeno en 5 categorías de acuerdo a la velocidad de sus vientos y la marejada ciclónica, determinando con ella los probables impactos que pueda ocasionar un huracán.
Categoría 1: 119 - 152 km/h
Este tipo de huracanes alcanzan velocidades entre 119 y 158 kilómetros por hora y las olas pueden aumentar hasta 1,5 metros por encima de lo normal.
Categoría 2: 152 - 177 km/h
Con vientos de entre 154 y 177 kilómetros por hora y olas de hasta 2,4 metros de alto
Categoría 3: 178 - 208 km /h
El fenómeno de esta categoría los vientos alcanzan velocidades de hasta 209 kilómetros por hora y olas de hasta 3,6 metros
Categoría 4: 209- 251 km/h
A partir de esta categoría ya se consideran graves los riesgos y desastres que podría provocar, pues los vientos alcanzan velocidades de 209 hasta 251 kilómetros por hora y las olas pueden superar hasta los 5 metros
Categoría 5: 252 - o más km/h
Los huracanes de categoría 5 traen consigo ruinas, destrucción e incluso la muerte, debido a que los vientos alcanzan velocidades que superan los 250 kilómetros por hora y las olas llegan a medir hasta 6 metros o más, haciendo que las viviendas colapsen o sean arrastrados por los vientos sufriendo graves daños.