Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- La especulación inducida al precio del maíz disparará el precio de las tortillas en los próximos meses, cuando se aumente el costo de esta semilla generado por los acaparadores que venderán el producto a precios de casi el doble de su valor actual. En algunas zonas de Michoacán, como Tierra Caliente, el precio de la tortilla podría llegar hasta los 30 pesos debido a la especulación de precios y al acarreo que implica llevar maíz a esa zona, señaló el presidente de la Asociación de Industriales de la Masa y la Tortilla en Michoacán, Roberto Sánchez Contreras.

El industrial refirió que actualmente casi todos los campesinos ya vendieron sus cosechas a los tortilleros, pero sobre todo a compradores que se dedican a especular en el precio, guardan la semilla en grandes almacenes y la venden cuando el grano de los campesinos se termina, ellos son los que decidirán el precio del maíz en los próximos meses.

“Y seguramente lo incrementarán, porque siempre pasa lo mismo, la gente de a pie, los campesinos y nosotros los trabajadores de la industria somos los que pagamos los platos rotos, los únicos beneficiarios son los acaparadores”, lamentó el empresario.

Actualmente el precio de la tortilla oscila entre los 18 y los 20 pesos, en los próximos días comenzará a registrar un aumento de uno a dos pesos, dependerá de cada industrial y de la cantidad de alimento que vende al público, las tortillerías que menos ventas tienen son las que más incrementan el precio para absorber los costos de gas, energía eléctrica, agua y semillas.

Mientras que el precio por tonelada de maíz tiene un costo promedio de seis mil 900 pesos, dos mil pesos más que el año pasado, y se estima que en temporada de estiaje el precio por tonelada pueda incrementarse a más de nueve mil pesos, por ello también el costo del alimento complementario de la comida mexicana subirá a medida que los insumos sean más caros.

“En el 2021 pagábamos el kilo de gas en 7 pesos y 50 centavos, a la fecha estamos comprando el kilo en 13 pesos, es decir que en un año nos subieron el precio en un 80%, en consecuencia nosotros nos vemos obligados a aumentar el precio de la tortilla, por eso decimos que los que pagan los platos rotos son los consumidores finales”, explicó Roberto Sánchez.

Reconoció que incrementar el precio de la tortilla siempre tiene consecuencias que se pueden reducir las ventas, muchas tortilladoras han cerrado porque no pueden vender más de 250 kilogramos al día, si su venta es menor es condicionante para que sean insostenibles.

“También existe una competencia desleal en algunos compañeros, hay muchos vendedores de tortillas que se dedican a repartir el alimento en tiendas, pero lo producen en sus casas a puerta cerrada, no están declarados en la Secretaría de Hacienda y no pagan impuestos que sí nos obligan a pagar a nosotros”, expuso el industrial de la masa y la tortilla.

Especulación del precio del maíz lo propició la venta de almacenes propiedad del Estado

La especulación en los costos de semillas en parte es consecuencia de que la pasada administración estatal que encabezó Silvano Aureoles Conejo, se deshizo de los silos que administraba Almacenes, Servicios y Transportes Extraordinarios a Comunidades Agropecuarias (ASTECA), y que permitía almacenar granos y venderlos paulatinamente a lo largo del año, procurando mantener el nivel de compraventa de maíz, sorgo y trigo.

En marzo del año pasado fueron subastados los almacenes propiedad del Gobierno del Estado que se encontraban en Chavinda, Contepec, Ecuandureo, Numarán y Penjamillo, bodegas que guardaban grandes cantidades de granos y garantizar la compra de semillas a los campesinos, a la vez que amortiguaban el incremento en los costos de los alimentos.

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Los productores no cuentan con almacenes propios, sus cosechas son menores por eso venden sus cosechas en los almacenes que a partir de este año son de propiedad privada, los propietarios pueden incidir en el precio de la semilla a voluntad propia.

“Otra alternativa es traer maíz de otros estados, como Sinaloa, pero aparte de que la semilla es más cara que la compramos a nuestros campesinos, implica un costo adicional por el acarreo, eso implica elevar todos los costos, volvemos a lo mismo, los campesinos y la clase trabajadora somos los más amolados”, explicó el presidente de la Asociación de Industriales de la Masa y la Tortilla.