Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- De acuerdo a datos del Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Morelia (OOAPAS), el acuífero en la capital del estado disminuye a una velocidad de 5 metros por año, por lo que existen pozos profundos que se excavan a más de medio kilómetro sobre la tierra, lo que dificulta y hace más caros los trabajos en zonas como Villas del Pedregal, donde el líquido se busca a casi 600 metros.
Así lo revela en entrevista Héctor Manuel Martínez, subdirector de Producción de Agua en el organismo: “El agua tiene un ciclo, la extraemos, la usamos y entre más limpia la regresemos al acuífero, es mejor su distribución. Sin embargo, la disponibilidad del agua cada año es más complicada, nos cuesta más extraerla del subsuelo por bombeo”, acepta.
En contraparte, relata que este año las lluvias fueron buenas, lo que permitió a la ciudad recuperarse de la sequía de tres años. “Aunque el 2021 fue el más bondadoso en aguas pluviales, apenas es suficiente para recargar el manto acuífero, hay colonias donde la extracción supera los 500 metros de profundidad; más allá del bombeo, lo riesgoso es disponer de agua cargada de minerales”, expresó el subdirector.
Detalló que en Morelia tenemos 111 pozos de agua profunda y el 10 por ciento de ellos supera el medio kilómetro de profundidad. Por lo tanto, es más caro extraerla, y una consecuencia directa es que a mayor extracción de agua, mayor pronunciamiento tiene la falla geológica que atraviesa Morelia, desde Villa Magna hasta los hospitales en el municipio de Charo.
De la presa de Cointzio se extraen 530 metros cúbicos por segundo y el manantial de La Mintzita proporciona cerca de 200. De los 111 pozos que hay en la ciudad, se extrae el 35 por ciento del agua necesaria para la ciudad de donde surge un caudal de más de mil litros de líquido por segundo.
Cada vez más costosa
Los pozos tienen una profundidad que va de los 50 a los 550 metros de profundidad y la media está en 200 metros de longitud. “Lo crítico es que el agua es cada día más profunda y más costosa para la extracción. Sólo para el bombeo de agua, se requiere una proporción de 26 mil kilowatts al año, lo que se traduce en un costo de 70 millones de pesos en consumo de energía”.
Martínez añade que adicionalmente se tienen más de dos mil kilómetros de tubería en redes para que llegue a los usuarios, lo que también es parte de la energía que se consume.
En cuanto al abasto, explicó que la temporada de lluvias fue muy abundante, pero está dentro del promedio histórico. Hoy la presa de Cointzio está llena, de ella se abastece al 28 por ciento de la población en la capital michoacana, pero las características del agua hoy son complicadas: “Antes el agua era muy rojiza, café, hoy está clara, el cambio en sus condiciones nos revela que los suelos están más lavados, que algo está pasando en la parte alta de la presa, pues la planta potabilizadora estaba diseñada para limpiar el agua de arcillas y no de las características actuales”, expresó el funcionario.
Los pozos más profundos son los de Tangaxoan y Potrerillos, en las inmediaciones de Villas del Pedregal. El más hondo está en ese mismo fraccionamiento y fue perforado recientemente, por lo que está próximo a ponerse en funcionamiento.
“Los estudios nos arrojan que esta agua de partes profundas es lo complicado para extraerla, tiene más sales, es más antigua o más vieja, dificulta su potabilización, pero está a mayor profundidad, la extracción es lo más caro por estar más lejos de medio kilómetro, es mayor consumo de energía”, refirió Héctor Martínez.
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El OOAPAS y otros organismos que existen en tenencias, colonias y algunos fraccionamientos privados entregan más de 2.5 metros cúbicos por segundo, suficiente para abastecer a más de un millón de habitantes, aunque el Censo de Población en Morelia registra apenas arriba de 700 mil, lo que revela que hay agua que se desperdicia.
“Deberíamos tener agua suficiente, pero en tiempo de estiaje hay servicio tandeado porque el agua no está donde se consume, se tiene que trabajar y el abasto no es suficiente, lo único que podemos hacer es cuidar el recurso y contaminarla lo menos posible”, concluyó el funcionario.