Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- En el segundo piso del edificio, Sacha Castro y Luis Manuel Tinoco explican pacientemente todos los detalles a los clientes que llegan al lugar. Les muestran diferentes cartas, castillos y figuras en miniatura. En las mesas contiguas, otro grupo de jóvenes se encuentra jugando Magic. Aquí, en medio de la avenida Lázaro Cárdenas, las jornadas de juegos pueden extenderse hasta por más de siete horas.
Desde que uno ingresa al inmueble, se encuentra con una ludoteca nutrida de infinidad de juegos de mesa, que van desde el clásico Calabozos y Dragones, Catan, Heroclix, Warhammer 40000 y muchos más. Se trata de La Torre, un establecimiento con nueve mesas que no supera el mes de vida, pero que ya ha logrado congregar a todos aquellos amantes de las cartas, la fantasía y lo histórico.
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A decir de Sacha y Luis, la idea de crear este espacio nació por la pasión que tenían hacia los juegos de mesa y también porque identificaron que la comunidad de Morelia que comparte los mismos gustos se encontraba dispersa, además de que no existía un sitio para albergar eventos de mayor magnitud.
“Aunque ya existían lugares donde la gente podía reunirse, éstos no contaban con la capacidad de recibir a todas las personas que gustan de jugar. Hace año y medio se organizó un evento en el Colegio de Morelia y nos dimos cuenta que era impresionante la cantidad de amantes de los juegos de mesa, pero también nos quedó claro que tampoco sabían dónde hacerlo”, explica Luis Manuel.
Para poder contar con una amplia variedad de juegos de mesa en La Torre, Sacha explica que tienen que recurrir a varios distribuidores, pero en el caso de los clásicos, afirma que es más sencillo conseguirlos; sin embargo, cuando se tratan de productos que provienen de editoriales pequeñas o en un menor tiraje, el proceso se vuelve más complejo.
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Dentro de la oferta de los juegos de mesa, Luis precisa que los jugadores pueden encontrar paquetes en el que su precio no supera los 200 pesos, pero también hay algunos que pueden alcanzar casi los dos mil pesos, pero esto ya dependerá del tipo de juego y características específicas que contengan.
A este mundo de cartas, superpoderes, dragones, guerreros, caminos peligrosos y aventura, también se le suma un amplio conocimiento que parece nunca llegar a su fin. Sacha y Luis Manuel muestran tres manuales que son unas auténticas biblias para quien quiere extender su universo sobre lo que significa jugar Magic The Gathering.
En las mesas, todos los jugadores exhiben dos particularidades en común: la paciencia y la concentración. Y es que, más allá de la diversión y el desestres, Sacha destaca que estos juegos promueven otras habilidades que tienen relación con las matemáticas y la lógica, pero sobre todo, con el trabajo en equipo y en el hacer comunidad.
Abraham Méndez González, quien se introdujo en el juego de cartas a través de Yu-Gi-Oh durante su etapa adolescente, relata que desde que comenzó a jugar Magic hace aproximadamente seis años, fue entendiendo que el uso de las matemáticas era estrictamente necesario.
“En juegos de este tipo siempre tienes que estar pensando, grabándote el nombre de las cartas y las interacciones que realizarás, entonces te vuelves una persona muy meticulosa en ese sentido. Pero además de esto, creo que el gran aporte de los juegos de mesa es la comunidad que se crea, ya que si bien las mecánicas son atractivas, lo más valioso sigue siendo las personas que te están acompañando”.
Para alguien que desea comenzar a jugar Magic, tiene que hacer una inversión en la que desembolsa alrededor de 800 pesos por un paquete de cartas, más 200 pesos de las micas. Pero a partir de ahí, la adicción por el juego puede alcanzar cantidades sin límites, ya que se tratan de artículos que son coleccionables.
En La Torre las jornadas concluyen a eso de las diez de la noche, pero siempre con el consuelo de poder regresar al día siguiente para retomar las campañas y partidas. Ya se tienen promesas de que en el futuro vendrán más cosas para el lugar: talleres de pintura para figuras en miniatura, cursos dirigidos a los neófitos en los juegos de mesa y campeonatos locales. Por lo pronto, al bajar de ese primer piso, la mirada choca de frente con esa aventura llamada realidad.
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