Mercado de Pátzcuaro, la disyuntiva de la modernidad [Video]

Pátzcuaro, Mich (OEM-Infomex).- En los pasillos del Mercado Municipal de Pátzcuaro ronda la tensión y una preocupación generalizada de los locatarios por el temor a perder sus espacios. El proyecto de construcción de una nueva infraestructura a los alrededores de la Plaza Chica ha confrontado a los comerciantes con las autoridades del Gobierno del Estado y el Ayuntamiento, a quienes acusan de pretender matar la riqueza cultural del lugar a cambio de la instalación de un centro comercial de tres niveles.

Bajo la consigna de “Mejoras sí, cambio no”, en la mayoría de los locales se exhiben cartulinas con leyendas que rechazan la obra que contempla una inversión multianual de 288 millones de pesos que provienen de las arcas estatales y con la que se construirán 750 espacios para locatarios, dos patios inferiores, una terraza gastronómica, rampas eléctricas, elevadores, área de carga y descarga y un estacionamiento subterráneo para más de 120 vehículos.

Entre la venta de comida, artesanías, ropa, celulares, bocinas y demás artículos, los comentarios que se emitan giran en torno al miedo y a la incertidumbre de perder algo que, en la mayoría de los casos, fue construido por sus abuelos.

Entre la venta de comida, artesanías, ropa, celulares, bocinas y demás artículos, los comentarios que se emitan giran en torno al miedo y a la incertidumbre de perder algo que, en la mayoría de los casos, fue construido por sus abuelos.

“Este mercado es un patrimonio de nosotros, mis papás tienen más de 40 años trabajando aquí y es algo que nos han estado heredando y yo se lo voy a dejar a mis hijos, entonces no se vale que nos quieran venir a imponer. Es una mentira que solamente el diez por ciento de los locatarios no estemos de acuerdo, pues ni siquiera hemos tenido una audiencia con el alcalde como se asegura”, expresa Rosamaría Mata.

Inaugurado en la década de los 70, el Mercado Municipal de Pátzcuaro no solo congrega a trabajadores locales, sino que también se dan cita personas originarias de las comunidades aledañas como Ihuatzio, Tzintzuntzan, Erongarícuaro, Janitzio, Quiroga, entre otros.

Como parte de la historia de este sitio, destaca el episodio siniestro de 1995, cuando una fallida instalación de gas provocó un incendio en el mercado que, luego de varias horas y gracias a la solidaridad que emergió de la sociedad civil, se logró sofocar.

Rosamaría Mata refiere que en el Mercado Municipal existen dinámicas de relación entre locatarios y clientes que las autoridades no entienden del todo y ahora buscan extinguir, pues incluso, asegura que en estos pasillos el trueque se sigue ejerciendo, cosa que no ven viable en un proyecto de supuesta modernización como el que se pretende crear.

Por su parte, Luis Pérez Díaz, quien desde niño ha trabajado en el negocio de relojes de su tío, expone que un error de las instancias gubernamentales es que no han sido inclusivos en el proyecto, ya que argumenta que no se ha tomado en cuenta a todos los comerciantes ni a sectores claves como los adultos mayores que llevan toda su vida en este espacio.

“Nosotros decimos sí a las mejoras, pero no de esta manera. Hay otros ejemplos de mercados que no han funcionado luego de los cambios que se les hicieron, como es el caso de Uruapan, donde una tercera planta quedó vacía. Entonces por qué no pensar en rehabilitar el mercado en un solo nivel”.

Asimismo, considera que la parte de la tradición que implica la vida diaria en el mercado está en riesgo con la nueva obra, ya que desde el diseño arquitectónico de lo que sería un edificio, añade que se está aniquilando una parte importante de la historia de Pátzcuaro.

Otro de los argumentos que exponen los comerciantes es que el nuevo mercado no contemplaría a todos los locatarios, pues mientras el Gobierno Municipal contabiliza a poco más de 700, los trabajadores afirman que son más de mil 500, incluyendo a aquellos que no cuentan con un local y los que se ubican a los alrededores del sitio.

Norma Domínguez, con 35 años vendiendo pescado en el mercado, señala que la zona ya presenta varias deficiencias que van desde el deterioro del piso, un drenaje fallido, inundaciones cuando llueve y falta de pintura en los locales.

“Pero la diferencia está en que si se nos hubiera informado con tiempo de anticipación, nosotros podríamos trabajar de la mano con el gobierno y arreglar todas esas cosas juntos aquí mismo. Yo de aquí saco para vivir y pagar los estudios de mis cuatro hijas, entonces me preocupa la reubicación porque soy la tercera generación que ha trabajado en el mercado”.

Inestabilidad política

El pasado 31 de marzo, un grupo de comerciantes reventó la sesión del Comité de Participación Ciudadana que se llevaba a cabo en el Teatro Emperador Caltzontzin. A jitomatazos, empujones y gritos, el presidente municipal de Pátzcuaro, Julio Arreola Vázquez, fue retirado del inmueble.

Desde el Gobierno del Estado, fue reprobado el incidente y al mismo tiempo el secretario de gobierno, Carlos Torres Piña, advirtió que la administración que encabeza Alfredo Ramírez Bedolla no cederá a chantajes o presiones de grupos de choque, los cuales, aseveró, están bajo el mando de líderes que quieren desinformar a la ciudadanía e ir en contra de la voluntad popular.

A decir del edil, el conflicto ha escalado a niveles de violencia por la intervención de adversarios políticos, quienes aprovechando la inconformidad de locatarios, buscan meter “ruido” para generar inestabilidad en su administración y sacar tajada para sus intereses.

“Nosotros les decimos a las personas que no se dejen influenciar, pues se están metiendo actores que nada tienen que ver con la vida comercial del mercado y solo están desvirtuando el movimiento. Ya pusimos las demandas correspondientes y esperemos que pronto la Fiscalía General del Estado (FGE) gire las órdenes de aprehensión a las personas que estuvieron al frente de los hechos, así como los que están detrás”.

Contrario a lo expresado por los locatarios, el alcalde asegura que poco a poco son más los comerciantes convencidos del proyecto, ya que expresa que se les ha explicado que todos serán reubicados y nadie quedará desplazado en el nuevo mercado.

“Este proyecto va caminando, estamos destrabando los problemas que hemos tenido con los inconformes, ya tuvimos diálogo con una parte de ellos, pero lo importante es que nosotros seguimos adelante y ahora mismo estamos haciendo la depuración del padrón, posteriormente lo vamos a conciliar con ellos, ya que es la parte que los tiene un poco nerviosos por la cuestión del número de espacios que habrá al interior del nuevo mercado”.

Dentro de los opositores a la obra, Arreola Vázquez subraya que se encuentran aquellos propietarios de locales que no usan, pero sí los rentan pese a que muchos de estos espacios se ubican en la vía pública, por lo que sus intereses se ven afectados con la decisión de echar andar un nuevo mercado.

“Incluso hay personas que están regresando al mercado después de mucho tiempo de no trabajar en él, es como querer meterse a la bola para ver si obtienen algún beneficio”, puntualiza el edil, quien insiste en que todos los trabajadores del mercado y calles aledañas serán adaptados al nuevo espacio que se construirá en un periodo de 18 meses.

Al señalar que la renovación del mercado es una necesidad que se arrastra desde hace tiempo, el presidente municipal apunta que se atenderá una de las principales problemáticas que se tienen en Pátzcuaro: el ordenamiento del comercio informal y el semifijo.

Abunda que en los tres niveles de la obra se estará sectorizando, de tal manera que en un área se puedan tener aquellos alimentos perecederos, mientras que otra parte estará las artesanías, la ropa, productos de tecnología, entre otros.

“Lo que queremos es que este nuevo mercado albergue a todas las personas que se encuentran en la vía pública dentro de las calles aledañas como es la Libertad y Volador Tanganxoan, así como los portales de la Plaza Chica. Con esto, le estaríamos dando otra imagen y sobre todo generaríamos una mayor movilidad en el área”.

Pero aunado a esto, Julio Arreola añade que esta obra ayudará a que el municipio siga manteniendo su nombramiento como Pueblo Mágico y, a su vez, buscar la denominación de Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de la UNESCO.