Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- Michoacán es uno de los tres estados del país que no proporcionó información sobre los Centros de Asistencia Social (CAS) y albergues públicos y privados para un informe especial de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Así lo evidenció la investigadora Carmen Gabriela Ruiz Serrano, al exponer un trabajo sobre la vulnerabilidad de los menores a ser víctimas de trata, en un contexto de pandemia como el que se vive actualmente.
En su participación en el ciclo de conferencias en el marco del Día de la Trata, la especialista y docente en la UNAM compartió datos del “Informe Especial sobre la situación de los derechos de niñas, niños y adolescentes en centros de asistencia social y albergues públicos y privados de la República Mexicana” de la CNDH, mismo que se elaboró en 2016 y fue actualizado en 2019.
José Luis Castillo González, de la asociación A la de 3 por la Niñez, organizadora del ciclo de conferencias, lamentó que la entidad michoacana con antecedentes fuertes de trata, sea una de las tres, junto con Yucatán e Hidalgo, que no proporcionó información a la CNDH para el informe.
Dicho reporte muestra, entre otras cosas, la ausencia que hay por parte del Estado para salvaguardar la integridad de los menores en condición de orfandad, dado que de 877 CAS que hay en el país, 119 son de naturaleza pública y 562 privada, mientras que de 196 no se tiene información sobre sus Centros de Asistencia Social y albergues públicos y privados.
Para Ruiz Serrano, es preocupante que el Estado no se involucre, como es su responsabilidad, en dar seguridad y sustento a los menores que no tienen quién se haga cargo de ellos.
Aunado a eso, la pandemia ha generado circunstancias que propician aun más este delito en sus 11 modalidades, que van desde el trabajo forzado hasta la prostitución.
La doctora en trabajo social por la Universidad Nacional de la Plata en Argentina destacó en su exposición que la llegada de la Covid-19 trajo consigo afectaciones de tipo social, económico, familiar y de salud mental.
Señaló que situaciones que hacen más vulnerable a la niñez mexicana ante esta pandemia, son el incremento en la pobreza, el desempleo y la condición de orfandad por parte de uno o los dos padres a causa de Covid-19.
En México, hay por lo menos 20 millones de personas que viven en condición de pobreza, y en ese contexto, en 2019 se registró que alrededor de 30 mil niñas, niños y adolescentes habían sido reclutados por el crimen organizado. Considerando que las carencias sociales han tenido un incremento ante la pandemia, esas cifras también lo reflejarán y por ende se percibe un ambiente de mayor vulnerabilidad para los menores.
La egresada de posgrados en la UNAM consideró que esa vulnerabilidad de dicho sector de la población va de la mano con la posibilidad de ser “blanco” para la trata, por ser éste el tercer negocio ilícito más fructífero en el sistema capitalista.
“Aunque hay quienes se aventuran a decir, sobre todo desde el ámbito académico, que se ocupa el primer lugar”, expuso.
En ese entendido, parafraseó a José Manuel Grima, para quien la trata de personas tenía que ser entendida como una construcción sociohistórica, cuyo contexto es el de un capítulo del capitalismo global.