Al cierre del 2018, el Programa Nacional Forestal 2013-2018 ubicó a Michoacán entre los estados más afectados por la tala clandestina y la venta de madera ilegal, junto con Oaxaca, Chiapas, Estado de México, Hidalgo, Veracruz, Guerrero, Tlaxcala, Puebla, Morelos, Colima y Durango.
En ese sentido, el director de la Comisión Forestal de Michoacán, Alejandro Ochoa Figueroa, indicó que el año pasado se detectaron 10 aserraderos clandestinos en Zacapu, Zitácuaro y otras comunidades en el Oriente del Estado.
Si bien no otorgó cifras específicas, consideró que la tala clandestina “ha disminuido considerablemente” en algunas zonas importantes también del Oriente, especialmente en la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca.
En la zona de la mariposa hemos logrado parar mucho en el sentido de que estamos inmersos en la inversión de recursos en programas de servicios ambientales. No podemos decir que no hay tala inmoderada, porque a veces los propios ejidatarios se prestan, sin embargo sí se ha parado mucho, con la determinación de tener una brigada de gendarmería
Osvaldo Fernández Orozco
Añadió que particularmente en la Reserva de la Biosfera, los ejidatarios ponen mucho empeño en la protección y el Ejido de San Pedro, en Hidalgo, incluso se han organizado en brigadas con 40 personas de dos turnos para proteger el bosque “ante un problema serio de saqueo”.
Sin embargo, reconoció que hay muchas otras zonas donde son los propios ejidatarios quienes incurren en la tala clandestina, pues es más rentable que esperar el Pago por Servicios Ambientales, que en el caso de Michoacán es de 380 pesos por hectárea, mientras que en otras entidades, como el Estado de México, es mayor a mil pesos.
Debemos motivar a la ciudadanía de que los ejidatarios son los principales beneficiarios del bosque y segundo, tenemos que estar apoyándolos para que sientan el respaldo y sepan que los apoyamos en las acciones para la conservación. Falta que organismos descentralizados y otras organizaciones le metan recursos para que la gente cuente con una mayor inversión por hectárea
(L)