Morelia Michoacán (OEM-Infomex). Michoacán es uno de los estados en los que no se vive una problemática con la regulación de precios de gas LP, que recientemente estableció la Comisión Reguladora de Energía (CRE) del gobierno federal, y que motivó a movilizaciones en al menos nueve entidades.
De acuerdo a trabajadores de este gremio, por la dinámica que se tiene en el estado y por los precios que regularmente se han manejado, los topes que estableció la administración federal no representan un golpe al sector, ni despidos masivos como en otras regiones.
A decir de Mario Cázares, líder sindical en Servi Gas, en Michoacán el negocio no funciona de la misma manera que en otros estados; aquí los “piperos” que llevan gas a los hogares son trabajadores formales de alguna empresa.
“Todas las unidades en las que salimos a laborar son de la empresa, nosotros solo somos trabajadores, sí somos comisionistas, pero también parte de la empresa”, compartió el representante de los trabajadores gaseros.
Los “piperos” en el estado tienen un sueldo base en caso de que haya “días malos” y también tienen derecho a comisiones, cuando superan la venta de 2 mil litros al día. Mientras que en otros estados como en Puebla o el Estado de México, los trabajadores que distribuyen el gas se manejan con un esquema como independientes.
Para el líder sindical, la medida establecida por el gobierno federal, aquí en el estado, no perjudica y por el contrario ayuda a garantizar que los precios no se “vayan por el cielo”.
“Porque benefician a la persona (cliente), si lo ves realmente, podría estar bien elevado y para comprar, digamos, un cilindro, está complicado para algunas personas que no que no tienen cómo”, calculó.
Por otra parte, Michoacán no es de los estados en los que regularmente el precio del gas se encuentre entre los más altos del país, por lo tanto, los topes de la CRE no representan una mayor afectación a los empresarios gaseros.
De acuerdo al último reporte de la CRE, en la capital michoacana el precio por litro va de 10.80 pesos a 13.50 pesos, y en lo que respecta al precio por kilogramo, de 14.66 a 25 pesos.
A nivel estatal, el costo por litro alcanza los 22.66 pesos en algunas regiones, mientras que por litro llega a estar en 12.23 pesos.
Sin embargo, en entidades como Durango el precio por litro alcanza los 27.85 pesos y por kilogramo los 15.04 pesos. En Baja California, el máximo por litro es de 27.08 pesos, y por kilogramo sube hasta 11.46 pesos.
A diferencia de otros estados, en Michoacán el precio del gas no se ha disparado impactando en los costos de otros productos como la tortilla. El precio de ésta oscila en los 16.14 pesos, de acuerdo al Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) del gobierno federal.
Semanas atrás, Sergio Jarquín Muñoz, presidente del Consejo Rector de la Tortilla Tradicional Mexicana, declaró que el precio de la tortilla aumentó por la pandemia hasta un 40 por ciento en algunas partes del país, debido principalemente al incremento de varios insumos, entre los que destacó el gas, el maíz, las harinas y la gasolina.
“Don Carlos”, 30 años de servicio
Andar “con una bomba de tiempo en la espalda” es tarea de todos los días para Carlos Alberto Escalera Orozco, quien desde hace más de 30 años ha trabajado en el sector gasero, labor que le ha permitido sacar adelante a sus tres hijas.
Una de ellas ya logró terminar una carrera profesional, y “Don Carlos” es el papá más orgulloso, cuando refiere que trabajar desde los 20 años ha valido la pena.
Recuerda la labor de su padre como “plantero”; al descargar los tráileres que llegaban con gas LP a la empresa, Carlos cuenta que desde niño comenzó a conocer el negocio, pero fue ya de joven cuando entró a trabajar como llenador de cilindros.
Le tocaba manejar unidades grandes y cargar tanques. Al inicio, su horario era de las 11 de la mañana a las 7 de la tarde, pero hoy no tiene horario ni días festivos.
Aunque ser “pipero” representó un avance para él, la dedicación también le ha costado no tener horario de salida ni un tiempo de comida, como en los trabajos habituales.
Para “Don Carlos” su trabajo en Servi Gas y antes en otras empresas gaseras, le ha significado lograr tener un techo y comida, pero sobre todo tener con qué sacar adelante a sus hijas. Ahora ya es abuelo pero “muy joven”, dice y recalca no tener idea de dejar de trabajar en este momento.
Hace alrededor de 15 años fue cuando pudo ser pipero, “por suerte”. El que manejaba la unidad en la que él era ayudante, se fue a Estados Unidos y le dejó su lugar, no sin antes tener la autorización del sindicato.
El sueldo es variable, aunque el salario base oscila los 4 mil pesos al mes, un pipero puede llegar a ganar un poco más del doble con sus comisiones, si la economía de la gente está bien y considera el gas dentro de sus servicios básicos.
“Ahora con la pandemia y tanto desempleo, bajó mucho la venta”, cuenta Carlos, quien considera que despertarse con el sol y llegar a casa ya sin luz, es parte de una dinámica a la que se van acostumbrando los piperos que buscan tener un poco más del ingreso para poder comer.
