Morelia, Michoacán.- En el estado Michoacán y su zona de conflicto en Tierra Caliente se vive un fenómeno que podría definirse como una “Tercera Guerra”, en la que hasta ahora la política pública para reconstruir tejido social ha fracasado”, señaló en entrevista el Investigador Posdoctoral sobre Ciberseguridad del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la Universidad Autónoma de México (UNAM), José Manuel Aguilar Antonio, quién ha estudiado el fenómeno de la violencia y la seguridad pública en estados como Michoacán, Veracruz, Jalisco, Nuevo León, Chiapas y Guanajuato.
En este contexto el especialista afirma que a diferencia de los dos sexenios anteriores, el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha hecho en la Tierra Caliente “una política de contención y de atención de emergencia”, y no un proyecto a largo plazo que contribuya a pacificar la zona.
Según explica, la “primera guerra” que se vivió en el estado, se ubica en el año 2000 cuando los grupos criminales del Cartel del Milenio se disputaban la zona; un segundo momento o “segunda guerra” se ubica en los enfrentamientos entre el Cartel de Los Zetas con Los Caballeros Templarios (2010).
Ahora, señala, la “tercera guerra” la entablan los Carteles Unidos con el Cartel de Jalisco Nueva Generación “yse complica y es más severa por la interrelación con las dinámicas sociales y el interés global internacional que los carteles han descubierto en el puerto de Lázaro Cárdenas y el Pacífico”.
Aguilar Antonio, quien también ejerce como investigador senior y Oficial de Comunicación del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia AC (CASEDE), apuntala que Michoacán y la zona de conflicto interesa a delincuencia organizada, no solo de manera local sino la que opera también a nivel internacional por ser la Tierra Caliente un punto geopolítico importante que conecta a Michoacán, Colima, Guerrero y Jalisco y el Pacífico.
En su opinión, hasta ahora el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, “ha tomado medidas de contención de la violencia de Tierra Caliente que reacciona solo cuando existen emergencias”.
A diferencia de los dos gobiernos anteriores, dice Aguilar Antonio, los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto instrumentaron operativos especiales e implementaron políticas públicas con grandes sumas de dinero para tratar de pacificar la zona, pero no permearon debido a los cambios políticos y a la complejidad de las actividades delincuenciales que están involucradas prácticamente todos los ámbitos.
“Felipe Calderón optó por enfrentar el problema de manera frontal con acciones militares en el operativo Michoacán, mientras que Peña Nieto se decantó por la implementación de políticas de desarrollo social con énfasis en la educación y el combate a la pobreza, pero tampoco funcionó” indica.
A más de 20 años de distancia en el que el fenómeno de la violencia se ha exacerbado y a provocado muertes y migración forzada, llamando la atención dentro y fuera del estado y el país, “el panorama no es optimista”, asevera el investigador .
“Hoy podemos decir que toda política pública ha fracasado en Tierra Caliente, Michoacán, y que hay una situación de descomposición severa que podría complicarse aún más, hasta el punto de abrir oportunidades de presión y control de Estados Unidos hacia México, sobre todo por la demanda de drogas como el fentanilo que se consume en aquel país”, enaftiza.
Las actividades delincuenciales en Tierra Caliente, además tienen impacto en la actividad productiva nacional donde el primer reflejo es el impacto en productos de la canasta básica como el limón y el aguacate que a nivel nacional han subido de precio afectando al consumidor nacional.
Pero también indica, en un corto plazo, no se ve una atención preponderante del gobierno federal para atender el tema.