Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Para detectar agroquímicos en los alimentos, aire y agua de forma sustentable, económica y asequible la investigadora de la ENES UNAM Campus Morelia, Alejandra Castro Carranza, trabaja junto con la Universidad de Bremen, Alemania, en la creación de nanotecnología sustentable; de acuerdo a la científica, este proyecto es único en Michoacán y en México.
Te puede interesar: Reconocen a niños que sobrevivieron al cáncer en Michoacán
En entrevista exclusiva detalló que en 2015 fue nombrada como embajadora de la Universidad de Bremen para México al presentar un proyecto para promover el desarrollo de tecnología sustentable de bajo costo para el beneficio de ambos países. Esta idea surge en conjunto con el ingeniero en Mecatrónica y experto en celdas solares, Jairo Nolasco, actualmente investigador de la Universidad Veracruzana.
Relación de agroquímicos y cáncer
En 2016 la doctora y colegas suyos encontraron una correlación del incremento de diagnósticos de cáncer en Alemania, con el aumento en el uso de agroquímicos, particularmente de uno muy utilizado y controversial actualmente en Europa, llamado glifosato. Esto, a pesar de las normas de la Unión Europea que limitan la cantidad máxima de pesticidas aplicadas en las actividades de agricultura.
“Empezamos a cuestionar qué pasaba, y cómo podríamos contribuir con nuestro conocimiento para generar una solución con nuestro perfil en dispositivos electrónicos. El interés principal era la salud y la identificación de las propiedades electrónicas de los agroquímicos que se estaban utilizado”, narró.
Después, en México a mediados de 2017 se discutió el tema con colegas de la Universidad de la Ciénega y el toxicólogo Antonio Rodríguez. A pesar de que había agricultores que no utilizaban pesticidas, se encontraron residuos de agroquímicos en sus plantíos, una situación que también sucedía en Alemania.
Relacionaron esta problemática internacional y llevaron el tema de discusión a Bremen, con colegas de los Institutos de Física Ambiental, de Física de Estado Sólido, entre otros con quienes se determinó la necesidad de desarrollar tecnología accesible.
Dispositivos portátiles y reciclables
El proyecto está en la primera etapa y se trabaja con los organofosforados, una familia de los agroquímicos más utilizados. De acuerdo a Castro Carranza aplican nanomateriales a bajo costo, es decir, dispositivos hechos con procesos que no involucran una infraestructura costosa o que requieran procesos altamente controlados, como es la microtecnología.
Aunque hasta el momento no se sabe cuánto podría costar un dispositivo, la propuesta de la investigadora es usar materiales amigables, sustentables y biocompatibles como nanoestructuras de óxido de zinc; “son estructuras con las que estamos en contacto, un ejemplo de ello es el bloqueador solar”, dijo.
El dispositivo es un cuadro con un contacto metálico, traslucido. Se utilizan materiales semiconductores para detectar la presencia de moléculas tóxicas mediante respuestas eléctricas y ópticas. La doctora refirió que el proyecto es financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) en la modalidad individual por 500 mil pesos, aunque hasta el momento se ha invertido el 50%.
La ingeniera detalló que a pesar de la inversión, los dispositivos no serán caros ya que, por ejemplo, 20 láminas de zinc de 12 por 12 cm cuestan alrededor de 300 pesos, y una área de 4 mm2 es más que suficiente para hacer un sensor.
Esto saldría sumamente económico en comparación a la cromatografía de gases y espectrometría de masa, que son equipos que valen cientos de miles de pesos y que se utilizan para revisar los productos cuando son importados.
Único en Morelia y en el país
En ese sentido, explicó que no hay ninguna herramienta en el mercado que se accesible, rápida, reciclable y portátil con ese beneficio para productores, consumidores, comunidades y todo aquel que quiera verificar la presencia de agroquímicos.
Al preguntar dónde se llevarán a cabo las primeras pruebas, la doctora aseguró que desde casa o en los supermercados, pues se pretende que una persona común pueda utilizarlos, además, refirió que Michoacán es un estado agricultor por lo que será una herramienta muy útil para la región y para México.
La especialista explicó que en la entidad hace falta más impulso para la generación de innovación sustentable, porque a pesar de que el estado está enfocado en mantenerse como agricultor y exportador “dentro de ese ámbito hay muchas cosas para desarrollar e innovar de manera tecnológica”.
Finalmente afirmó que, si se van a crear materiales o tecnología, éstos deben ser desarrollados de manera responsable, siempre pensando en cuáles serían las consecuencias a corto, mediano y largo plazo; además de asegurar que el usuario esté adecuadamente informado de su uso y reciclaje.