Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).-Las intervenciones estéticas sobre el cuerpo, hechas con inyecciones de aceite de auto, cocina o de bebés, han generado un problema grave de salud pública, que además está en crecimiento.
Esto de acuerdo a Mayra Selene Mercado Bravo, cirujano plástico y reconstructivo integrante del Colegios de Médicos de Michoacán y del de Cirujanos plásticos, quien expuso que las cirugías son confundidas con las intervenciones, cuando estas últimas son en realidad “comercialización de sustancias con fines estéticos, que en su mayoría no están reguladas”.
La médico confirmó que la aplicación de sustancias “continúa y representa un problema de salud pública muy importante”. Es un panorama que se complica al considerar que Michoacán tiene, afirmó, “un número de ‘clínicas estéticas’ tan variable como los días, de pronto hay 25 y luego son 45; esto depende de quienes generan los permisos y sus motivos”, que a veces, mencionó, se debe simplemente a ignorancia de los funcionarios a quienes venden meras “fachadas”.
Además, Mercado Bravo dijo expuso que de acuerdo a un estudio realizado por el Hospital General de México, se determinó que entre los pacientes afectados hay una incidencia del 84 % entre mujeres y 16 % en hombres; que la demanda de sustancias no reguladas, la mayoría de personas son de clase media, con el 85.7% de los casos. En cuanto a las regiones anatómicas, los glúteos son los que tuvieron más intervenciones, con el 53%, a estos sigue el aumento mamario con el 29.39%; la última es la cara, con el 2.89%.
Quienes reciben una intervención, presentarán síntomas luego de 5 o 10 años de la aplicación de sustancias, con síntomas como exceso de cansancio, dolores articulares, sensaciones de induración, el comportamiento de la zona afectada como si fuera un cáncer y se puede llegar a la pérdida de extremidades; “la diferencia radica en cada cuerpo, pero todos presentarán la enfermedad que multiplica varias veces el costo de atención que lo que costó la intervención”.
Más todavía, Mercado Bravo alertó de que hay pseudo clínicas que venden no sólo intervenciones sino cirugías estéticas. “No es posible, no es razonable y no está permitido hacer procedimientos quirúrgicos fuera de los hospitales o clínicas validadas por la Secretaría de Salud de Michoacán”.
En este sentido, Mercado Bravo dijo que la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica y Reconstructiva “ha hecho un trabajo legislativo importante para regular el ejercicio de estos procedimientos porque todos llevan implícitos una potencial complicación, sin embargo, es muy diferente resolverlas y atenderlas por médicos especialistas que por quienes comercializan con intervenciones”.
Entre las razones que llevan a una persona a buscar una intervención está el síndrome dismórfico, que de acuerdo a la psicóloga Carmen Gómez García, “se caracteriza por una preocupación excesiva hacia un defecto que a veces es imaginado”.
Esto también lo refirió Mercado Bravo: “si una paciente dice ‘quiero labios más grandes’ aunque no sea armónicos, como cirujanos tenemos la obligación de decirles, pero si ellos tienen una percepción alterada, dirán ‘quiero más y más”.
Aunque también hay otros factores, pues a decir de Gómez García “hay ciertas modas en donde el individuo busca adaptarse a la sociedad y el inyectarse sustancias o agua es para responder a una necesidad de sentirse aceptado”.
Por otro lado, la psicóloga comentó que hay diferentes características de personalidad que influyen en si una persona será o no vulnerable; mientras que la historia familiar es clave “porque cuando las personas no se sienten aceptadas por sus padres, desarrollan más necesidad de valoración por parte de la sociedad; claro, los medios y la publicidad también influyen en que se busquen patrones de belleza”.
Ahora, Gómez García comentó que una forma de evitar las intervenciones para modificar el cuerpo “es tener una buena autoestima, pues el hecho de no aceptarnos puede llevar a la autoagresión (...) sin duda es necesario el apoyo psicológico como psiquiátrico, porque hay casos que también tienen que ver con alteraciones neurológicas”.