Con un escenario inigualable provisto por el lago, la región de Pátzcuaro ha sido cuna y musa de una nutrida actividad artística a través de los siglos. Hoy, su población produce y reclama arte y cultura con la misma energía que la convirtió en capital de su imperio.
En Pátzcuaro habitan personas de lo más diversas: desde los locales, con un arraigo histórico y familiar de cientos de años, hasta extranjeros de todas partes del mundo que encuentran un hogar en sus tierras.
A pesar de la migración hacia los Estados Unidos que permanentemente merma sus filas, la población aún cuenta con un buen porcentaje de jóvenes e infancias. La ampliación de la oferta educativa, especialmente en niveles medio superior y superior, ha permitido que estudiantes locales y de los alrededores encuentren un oasis de desarrollo académico aquí, evitando la migración hacia la capital del estado.
El arte y la cultura son expresiones de su tiempo y de su gente, pero también son resquicios de paz en comunidades laceradas por la desigualdad y la violencia. Brindan esperanza, oportunidades y posibilidades de encuentro.
Así, al tiempo que Pátzcuaro destina buena parte de su tiempo y esfuerzo a producir los bienes y servicios de consumo turístico que le dan sostén económico, también es muestra viva de esa necesidad de producir y consumir tanto arte como expresiones culturales diversas.
En este sentido, la oferta cultural local se esfuerza día con día por crecer y permear. Además de las acciones emprendidas desde la institucionalidad, tanto a nivel municipal por la Dirección de Cultura, como estatal a través del Centro Cultural Antiguo Colegio Jesuita y el Centro Dramático de Michoacán (CEDRAM), en Pátzcuaro conviven decenas de talleres, galerías de arte y espacios culturales que artistas locales y extranjeros emprenden y sostienen.
Entre las galerías destacan La Mano Gráfica, Microgalería Mandíbula y Galería Tacanche, que son también talleres de grabado, así como La Folia, La Cabrona y recientemente Casa Werma.
Por su parte, entre los los talleres artísticos que producen arte de manera activa se encuentran el Taller Azul Orquídea, el Taller de Cerámica La Coyotera y Akelarre Cerámico, el Taller Gray-Achokez y el Taller "De-Lirio".
Finalmente, entre los lugares que alojan artes escénicas y promueven actividades artísticas se encuentran La Jacaranda Espacio Cultural, Posada Yolihuani y El Gran Calavera.
Esta efervescencia artística y cultural impulsada por artistas se complementa con las exposiciones de arte que se exhiben tanto en la Sala de las Artes del Palacio Municipal como en el Centro Cultural Antiguo Colegio Jesuita, así como los talleres artísticos abiertos a todo público que ofrece este último. También, ambas dependencias organizan conciertos, funciones de teatro y presentaciones de danza de manera recurrente, todas ellas gratuitas.
No menor es el esfuerzo que artistas independientes realizan para dar a conocer su obra de manera itinerante. En la Plaza Vasco de Quiroga es común encontrar a músicos que tienen la calle por escenario, así como a Julio de la Calle con sus títeres y cuentos.
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En espacios de convivencia como la Feria Alternativa de Urandén también suceden actividades artísticas, entre las que destacan Parrot Contestatario, espectáculo de improvisación creado por la actriz Natalia Goded, y talleres de diferentes disciplinas.
La literatura tiene hogar en Pátzcuaro en las librerías “Jaime Torres Bodet”, del Fondo de Cultura Económica, ubicadas en el Palacio Municipal y el Centro Cultural Antiguo Colegio Jesuita, así como la librería Educal ubicada a un costado de la Biblioteca Pública Gertrudis Bocanegra. La Sala de Lectura “La Viajera”, que pertenece al Programa Nacional de Salas de Lectura, también congrega a personas amantes de los libros en Santa Ana Chapitiro.
Finalmente, el cine reúne aficionados en las funciones del Cine-Teatro Emperador Caltzontzin, que ha reabierto sus puertas tras relajarse las medidas sanitarias por la pandemia por COVID-19.
No hay excusa: la próxima vez que visites Pátzcuaro, date el tiempo de conocer y disfrutar de su arte y convivir con sus creadoras y creadores.
