Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Artesanos lauderos del municipio de Paracho reconocen que hace falta más organización interna para explotar de mejor forma sus conocimientos en la producción de guitarras, pues la más reciente feria realizada en agosto no tuvo la derrama económica esperada, aunque sí representó mejoría respecto a los dos años de pandemia.
En entrevista, el especialista en construcción de instrumentos Jesús Zalapa celebró que el retorno de la festividad haya atraído a un buen número de turistas estatales y nacionales, además de que se brindaron todas las medidas de seguridad con un saldo blanco. Sin embargo, lamenta que el pueblo no cuente con la infraestructura indispensable ni siquiera en materia de señalética, pese a que apenas hace tres años obtuvo el nombramiento de Pueblo Mágico.
“Se necesita sacar ya al ambulantaje del primer cuadro, porque quienes estamos establecidos y pagamos impuestos terminamos por vender menos, ya que es tal el caos vial que los más visibles son los informales”, reprocha.
Además, reconoce que los más de mil 200 productores no han sabido sacarle provecho a la marca colectiva que se instauró desde el año 2002 bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas Batel. “Hay 19 fábricas de distinto tamaño, pero no hemos entendido que lo que se requiere certificar es el producto bajo reglas específicas”. Señala además que pese a tener un mercado mundial en potencia, solo se exporta el 2 por ciento de la producción anual, y para lograrlo necesitan fortalecer la marca colectiva con un estándar mínimo de piezas producidas.
Aunque aún no se dan a conocer las cifras oficiales, Zalapa calcula que la derrama económica que dejó la feria rondó en los tres millones pesos, pero lo esperado eran al menos 20 millones.
Con él coincide Jorge Alfaro, también artesano, quien ha visto mejores ferias que la más reciente, al menos en términos económicos. Pero más allá de eso, percibe que a los guitarreros les falta más organización, profesionalizarse en cuestiones como el marketing, explotar las redes sociales y sobre todo acordar estrategias conjuntas, pues de los casi 30 artistas que forman parte de la marca colectiva solo hay 15 en activo. “La competencia es muy fuerte, por lo que necesitamos algo más que el propio conocimiento”.
Finalmente, acepta que la transmisión de la técnica poco a poco se dispersa entre las nuevas generaciones, pues creen que los ingresos obtenidos no se van a comparar con los de una carrera profesional. “Sí me preocupa, porque en mi caso no tengo a alguien cerca queme vaya a relevar, y como yo hay muchos más”.