Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- El Colegio de Michoacán (Colmich) firmó un convenio con el ayuntamiento de Zamora para que a través del Laboratorio de Análisis y Diagnóstico del Patrimonio (Ladipa) se hagan estudios de tierras de cultivo, con el objetivo de mejorar la producción y reducir contaminantes. No obstante, en entrevista exclusiva, la doctora Ana Coria aceptó que han encontrado mucha resistencia en otros municipios como La Piedad, donde los campesinos ven con indiferencia dichos estudios, aun y cuando se les ofrece con un precio bajo.
El proyecto de colaboración fue avalado por el alcalde de Zamora, Carlos Soto Delgado, quien dijo que también se pretende apoyar a los productores a través de estudios más baratos de suelo, agua y materiales de cultivo, para que fortalezcan los cultivos de fresa y trigo, al detectar de manera oportuna contaminantes que puedan afectar la producción y reducir riesgos a la salud de la población.
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Pese a las ventajas competitivas que ofrecen estos análisis, Coria reconoce que la mayor parte de trabajadores prefiere no invertir su dinero en ello y continúan con prácticas tradicionales poco sustentables y previsoras. En La Piedad, donde tiene su sede el laboratorio, se han realizado campañas para diagnosticar las tierras y aprovechar las ventajas que da un examen de este tipo, pero la realidad es que menos de 40 campesinos han acudido para que les tomen muestras a sus parcelas.
En el acto protocolario que dio pie a la firma de convenio, el director del Colmich Luis Alberto Arrioja Díaz Viruell aseguró que promoverán la cultura científica y académica a través de la transferencia del conocimiento y de tecnología, pero lo cierto es que no se ha logrado convencer a la gran masa de quienes trabajan en distintos cultivos.
El espíritu de esta estrategia es que los productores tengan acceso al diagnóstico de sus tierras antes de hacer algún cultivo. El laboratorio ofrece análisis de suelo o agua para riego y con ello se toman decisiones más acertadas: “Gracias a eso sabemos la fertilidad que tienen los suelos, si tiene algún componente que no esté de acuerdo a lo que se piensa cultivar, o si hay presencia de contaminantes”, agrega.
Enfatiza que incluso el agua para riego debe tener ciertas características, pues se trata de un componente que al final forma parte del consumo humano. “El trabajo es para acercar a los agricultores a que conozcan su propio suelo, las condiciones actuales del mismo, que sepan qué les puede esperar en la cosecha próxima o si deben emplear fertilizantes, y si ese es el caso, qué clase de fertilizantes son los adecuados”.
A la representante del Laboratorio le preocupa que cada vez haya más cultivos intensivos en la región que comprende municipios como Zamora, Jacona, La Piedad, Los Reyes, Zacapu y Purépero, pues el uso excesivo de químicos para aumentar o acelerar la producción dejan daños irreversibles en el suelo que contaminan todo el entorno. “Por mucho tiempo se consideró que a mayor fertilizantes, más era la producción, pero las plantas tienen un consumo distinto y solo reciben lo que les hace falta; todo lo demás se queda en el suelo y termina por contaminar, lo mismo que ocurre con los pesticidas”.
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Los estudios estarán a la mitad de su precio regular bajo las cláusulas del convenio, mientras que otra parte será subsidiada por el municipio y otro tanto por cada uno de los interesados. El método se resuelve por muestras pequeñas de tierra; una sola si se trata de un cultivo, o más si es que las hectáreas se dividen en varios. Se tienen experiencias pasadas también en Yurécuaro, e incluso en municipios del Estado de México e Hidalgo, así como empresarios del campo. “Pero a nivel general hay resistencia, porque para esto hay que invertirle, prevenir, y muchas veces los campesinos no le ven en el caso porque a simple vista no notan nada, no detectan enfermedades de sus plantas que sí podríamos analizar con los estudios”.
Finalmente, Ana Coria hace un llamado para que la Dirección de Fomento Agropecuario de Zamora concientice a los campesinos y les expliquen los beneficios de este tipo de prácticas, sobre todo pensando en el futuro de sus propias tierras. En ese municipio el principal producto agrícola es la fresa, que en 2018 logró una cosecha de 80 mil toneladas, pero de acuerdo a Antonio Sámano Ochoa, presidente de la compañía Valle de Zamora, en la mitad de las tierras se han perdido los nutrientes por factores como la salinización, el uso de agroquímicos y prácticas de monocultivos.