Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- En Tarímbaro Jesucristo no es carpintero, es herrero. Desde pequeño fue forjado en la fé católica, así lo demuestra su nombre Adán, homónimo del primer hombre sobre la tierra, según el libro del Génesis de la Biblia.
Adán Rangel Reyes, también conocido por los habitantes del lugar como “El Jesús”, ha interpretado a Cristo por 14 años, es un hombre serio, amable, de pocas palabras. Es el penúltimo de 11 hermanos, es casado y tiene dos hijos.
Comenzó a participar en la escenificación del viacrucis a los 15 años, interpretó a judios, apóstoles y a San José. Después fue elegido por el comité organizador para darle vida a Jesús. Para interpretar este papel, un mes antes, sale a correr todos los días por 30 minutos, ya que tiene que tener buena condición física para caminar por tres kilómetros, por calles empedradas y polvorientas, con una cruz que mide casi dos metros y pesa 90 kilos; además ocho días antes de la cuaresma debe asistir a un seminario y confesarse.
“Es un gran sacrificio el que se hace, más que nada el recorrido de la cruz está pesado y no es nada fácil. Los golpes según son fingidos, pero a la vez sí son reales, si se les llega a pasar la mano, son golpes leves, pero sí duelen. Me gusta porque te hace reflexionar sobre la vida, lo que sufrió Dios. Es una gran emoción hacer ese papel porque le das un mensaje muy importante a la gente para que crea en Dios”.
Este año, ya con casi 40 años de edad, tenía planeado dejar el puesto a alguien más, pero por segundo año consecutivo, a causa de la pandemia generada por el Covid-19, no habrá víacrucis y Cristo no será crucificado por los pecados del hombre.
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Al igual que Adán, Tarímbaro también fue formado en el catolicismo y la fé, de aquí es San Bernabé de Jesús Méndez Montoya, el primer santo michoacano; además, durante todo el año las fiestas religiosas juegan un papel importante en la vida de los tarimbarences, como la Fiesta patronal de Nuestra Señora de la Escalera y el Carnaval con su danza de “Los Toritos de petate”; además esta tierra es la capital del pulque, la bebida de los dioses, el cual se produce por la cantidad de dos mil litros por semana.
De acuerdo con el cronista del municipio, Juan Manuel Lara, Tarímbaro es un municipio “100% fiestero”, y el viacrucis es parte fundamental de las celebraciones locales, ya que en él participan más de 200 personas, genera la visita de alrededor de 200 mil turistas y deja una derrama económica aproximada de 30 millones de pesos, y además, es una temporada en que los tarimbarences que viven en otro municipio, estado o país, regresan para estar con sus familias.
Desde su oficina, en el interior del Kiosko de la plaza central, platicó los orígenes del viacrucis en el municipio.
Comentó que esta celebración comenzó en 1958 por el padre José Flores Gamiño, quien “empezó a hacer estos viacrucis con imágenes de bulto, eran imágenes que estaban únicamente en al atrio parroquial, pero a partir de los 70s se comenzó a salir a la plaza y luego al cerro de La Gólgota o cerro de La Cruz, y empezó a organizar a jóvenes para interpretar a todos los personajes en las escenas bíblicas, así comenzó a tomar renombre el viacrucis de Tarímbaro."
"Sobre todo cuando participó la actriz Raquel Ruiz Morel, quien de 1980 a 1990, hizo el papel de la Virgen María, y empezaron a venir televisoras y periódicos de todo México y hasta de Europa”.
El cronista resalta que esta escenificación de semana santa destaca por la procesión del silencio del viernes santo, día en el que por la noche una figura de Cristo, hecha de pasta de caña del siglo XVI, recorre las calles y visita a las casas de las personas enfermas; además de que el sábado se hace la lectura del rezo del “viacrucis desandado”, y el domingo se cierra con la Danza de los Toritos de Petate, la quema de Judas, los toritos de luces, y un baile en la plaza principal.
Sin embargo, desde el año pasado la cruz que Adán ha cargado desde hace 14 años yace en una bodega de la parroquia de Tarímbaro, guardada junto a otros objetos, en la oscuridad, empolvándose, esperando a que la pandemia termine para que el viacrucis se vuela a escenificar y vuelva a recorrer las calles del municipio hasta el cerro de la Gólgota y tome su lugar protagónico en la punta del cerro, en donde hoy solo está la base de la cruz, oculta, casi imperceptible entre la polvareda y la hierba seca.
