Morelia, Mich (OEM/ Infomex).- Durante el último medio siglo la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) ha sido un trampolín político para gobernadores, presidentes municipales y funcionarios de primer nivel de los gobiernos estatales.
En 1976 Genovevo Figueroa Zamudio asumió la rectoría en el periodo 1976-1979 luego de ocupar la Secretaría de Gobierno y en 1988 sustituyó a Luis Martínez Villicaña cuando éste solicitó licencia a la gubernatura estatal.
Acabado su periodo fue Senador por Michoacán hasta el año 2000 y después fue nombrado Embajador de Argentina.
Otros cargos que ocupó Figueroa Zamudio, originario de Cuitzeo del Porvenir, fue el de Secretario de Turismo y después intentó ser presidente municipal de Morelia, pero sin éxito en las urnas.
Otro mandatario estatal que tuvo como antecedente la rectoría nicolaita fue Salvador Jara Guerrero, quien fue nombrado gobernador de Michoacán interino ante la solicitud de licencia por motivos de salud de Fausto Vallejo Figueroa en el 2014.
Al terminar el periodo, un año después, fue nombrado Subsecretario de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública.
Otro rector que saltó a la política fue Salvador Galván Infante, quien fue alcalde de Morelia durante el periodo 1998-2001.
El Poder Judicial también ha tenido representantes con antecedentes en la rectoría de la Máxima Casa de Estudios: Fernando Juárez Aranda y a Marco Antonio Aguilar Cortés, quienes después del rectorado fueron designados como secretarios de Cultura en diferentes etapas.
Y justamente esa dependencia gubernamental es la que más exrectores nicolaitas ha recibido. Además de Marco Antonio Aguilar, fueron titulares de la Secretaría de Cultura Silvia Figueroa Zamudio y Jaime Hernández Díaz, ambos miembros de la Comisión de Rectoría que designa al rector o rectora, cada tres años.
En el caso de Silvia Figueroa Zamudio, hermana del ex gobernador michoacano Genovevo Figueroa, fue además la primera mujer en haber ocupado el cargo de la rectoría, en el periodo de 2007 al 2011.
Los ex rectores al terminar sus periodos se integran de manera automática a la Comisión de Rectoría que hace tiempo sustituyó a la Junta de Gobierno Universitaria y su opinión tiene un peso simbólico, pero específico en la definición de quien dirige la Universidad Michoacana.
Para la comunidad académica y de investigadores que conforman la Universidad Michoacana, la rectora Yarabí Ávila González, “tendrá un difícil camino que recorrer durante tres años, pues aparentemente llega sin el apoyo de la comunidad, sin el apoyo de la Comisión de Rectoría, pero sí con el apoyo de la clase política del estado y sobre todo con el respaldo del gobernador”.
Profesores e investigadores nicolaitas que reflexionaron en torno a este nuevo rectorado, pero que pidieron resguardar su nombre, admiten que por primera vez la injerencia de la Comisión de Rectoría se vio prácticamente nulificada.
La rectora Yarabí Ávila, de 46 años, es egresada de la Universidad Michoacana de la Facultad de Contabilidad y su carrera académica la ha desarrollado en España en la Universidad Complutense y de Barcelona, donde ha cursado maestrías y doctorado en gestión y dirección empresarial.
A diferencia de otros rectores que generalmente emergen de la docencia y la investigación, Ávila González se ha desarrollado en las filas de la política, concretamente en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), de quien fue diputada local y luego y por algunos meses Secretaría de Educación en el estado, cuando ganó las elecciones estatales de 2019 el morenista Alfredo Ramírez Bedolla.
Una de las primeras acciones que realizó la rectora Yarabí Ávila fue recorrer todas las facultades y direcciones y encontrarse con los directores de estas, lo que le granjeó la simpatía de muchos de ellos, al igual que de los trabajadores administrativos.
El Sindicato de Profesores Universitarios de la UMSNH señala que la nueva rectora deberá de luchar por la subsistencia económica de la institución como hasta ahora y por democratizar los procesos de selección del cuerpo directivo, pero hay quienes se preocupan también por la inminente politización que se avecina en el marco de las elecciones federales del 2024.
