Morelia, Mich.- (OEM-Infomex).- Mediante una visita de evaluación realizada el 13 de marzo de 2017, el Instituto Nacional de Antropología e Historia descartó que la estructura conocida como El Barreno sea una pirámide, a pesar de las investigaciones realizadas por los académicos Jesús García Tapia y José Fabián Ruiz en 1956 y por Ricardo Espejel en 2009.
Hay que destacar las dos circunstancias que le impidieron al INAH corroborar los hallazgos descritos en el documento inédito de García Tapia, el cual fue mecanografiado por Fabián Ruiz, actual director de la Casa Natal de Morelos, donde describe los túneles y la mozarca petrificada con lava encontrados en su interior.
La primera causa fue que esta dependencia federal llegó hace 40 años a Michoacán como Centro Regional México – Michoacán, en la década de los 70, y el estudio de Tapia es de 1956. El segundo impedimento fue que cuando realizaron su evaluación la propiedad ya no tenía abierto los accesos a los túneles y el terreno ya había sido comprado.
En esta evaluación del 2017, el INAH aseguró que no encontró ninguna evidencia de vestigios arqueológicos, lo que dejo fuera de su competencia esta estructura, sin embargo tampoco no ha hecho caso al único relato existente de José Fabián Ruiz que realizó esta editora, quien en su juventud visitó los túneles de esta supuesta pirámide en compañía del doctor Jesús García Tapia y los arqueólogos Pedro Arcillas y José Luis Lorenzo.
INVESTIGACIONES PREVIAS A EVALUACIÓN DEL INAH
El estudio de Jesús García Tapia explica cómo esta estructura fue descubierta por el médico Cirilo González en 1869, situación que fue retomada por Nicolás León y Juan de la Torre, quienes no continuaron con la investigación.
Asimismo, relata cómo fue desecado el arroyo subterráneo debajo y a los alrededores de la estructura al ir creciendo la ciudad, con lo que taparon los supuestos tuneles que dirigían a Catedral, además describe la visita que realizó con los arqueólogos ya mencionados y Fabian Ruiz, en la cual se ubicaron cuatro entradas y varios túneles que dirigían a una cámara interna.
Este documento fue mecanografiado del original por Fabián Ruiz, con el fin de conservar una copia, pero el primero que realizó García Tapia se quemó tras el incendio de su biblioteca, quien en su segunda versión añadió un párrafo que relaciona la supuesta intervención alienígena con El Barreno, lo que le resta peso a los demás hallazgos.
Pese a la única falla con la que cuenta el documento, también existe el relato de director de Casa Natal Morelos, José Fabián Ruiz, quien también asistió a la visita de los túneles de El Barreno en 1956, quien aseguró que hay elementos para corroborar la existencia de presencia humana de al menos cuatro mil años a.C. en el Valle de Guayangareo, hoy Morelia.
Fabián Ruiz relató con anterioridad para El Sol de Morelia que uno de los hallazgos fue una punta de flecha con restos de ónix y el segundo fue la mazorca de maíz domesticado envuelto el lava del volcán de Quinceo, ambos hallazgos sólo se encuentran registrados en su libro “Los prehistóricos michoacanos” y el último hallazgo, la mazorca, se mantuvo en exhibición durante mucho tiempo en el Museo Regional Michoacano.
En su momento estos dos hallazgos de tintes prehistóricos en la ciudad de Morelia no se les dio la relevancia merecida, y en la actualidad, los datos están perdidos entre viejos papeles y relatos. Sin embargo, los numerosos hallazgos arqueológicos, más de 40, a los alrededores del Valle de Guayangareo denotan la existencia de asentamientos humanos en la capital de Michoacán anteriores al establecimiento de los tarascos.
EL BARRENO, UN BASAMENTO: INAH
A través de la evaluación que realiza el INAH para conocer si El Barreno era un basamento natural o fue de manufactura humana, se concluyó que era un afloramiento de lava de uno de los muchos volcanes monogenética que se dieron en la zona, el cual al chocar con el agua de esta zona, crearon formaciones como las que hasta hoy día se encuentran ahí.
“Cuando una pirámide está en desuso se derrumba pero hay un rompimiento en el suelo, y aunque pareciera que El Barreno tiene ese rompimiento con el suelo en este caso llegamos a la conclusión de que es una formación geológica y esto es un antiguo lecho de una Ciénega”, comentó en entrevista Ramiro Aguayo Haro, investigador y arqueólogo del INAH.
Asimismo, explicó que al ser esta parte planicies de inundación se utiliza para el cultivo y que “cuando te topas con algo que rompe el plano significa que se ha estado erosionando”.
También comentó que las entradas a los túneles ya no se encontraban al momento de la visita y que se llegó a la conclusión de que “lo que está en el predio es un tipo de bloque como los prismas basálticos que te encuentras en otros lados del país, por eso cuando tú ves estas formas se ven muy perfectas, las cuales se forman dependiendo del proceso de enfriamiento de la roca”, señaló el arqueólogo.
Sin embargo, al momento de señalar las fotografías donde Fabián Ruiz aparece dentro de los túneles de El Barreno, lo cual fue confirmado con él, comentó Ramiro Aguayo que aunque estas fotos y los croquis llaman mucho la atención, para el INAH está claro que el origen es de tipo geológico y el relato oral sólo es “información de segunda mano” y que las entradas y túneles pudieron ser utilizados en momentos más contemporáneos.
“Una foto de lo que parece una pirámide no es prueba de una pirámide y la impresión que da esta escalinata (de la foto) es que el espacio tiene una intervención humana reciente. Por ello, aquí en el instituto no le hemos hecho caso realmente y sale de nuestra competencia porque no tenemos evidencia de elementos prehispánicos”.
Al cuestionarlo sobre la credibilidad de la mazorca envuelta en lava que permaneció durante mucho tiempo en el Museo Regional Michoacano, y que fue encontrada a las faldas del Cerro del Quinceo, el arqueólogo dijo que sí tenía conocimiento de que fue localizada en un sector de aquí de Morelia, pero que desconocía si fue en específico dentro de la estructura de El Barreno.
Señaló que actualmente el INAH no conoce estos túneles, además de que ya es una propiedad privada. “Estos hallazgos que se mencionan datan de la década de los 50, por lo que no fueron avalados por el INAH, dicen que vinieron dos arqueólogos, entre ellos Pedro Armillas, de quien admiro mucho su trabajo, quien trabajó la región de Tierra Caliente, pero no hay conocimiento de un documento donde ellos mencionen ésta estructura”.
EL BARRENO NO ES PIRÁMIDE
Finalmente, el arqueólogo destacó dos cosas: la primera fue que esta región se caracteriza por su actividad volcánica monogenética, es decir, cuenta con la presencia de volcanes que hacen erupción por breve tiempo y hay una buena cantidad de restos y son muy comunes en la región, lo cual puede explicar la desaparición o enterramiento de varios asentamientos prehispánicos, por lo que señaló que alguno de estos volcanes hizo erupción y fue lo que cubrió esta mazorca de algún poblado establecido.
La segunda fue en relación con los asentamientos que se han encontrado en los alrededores del valle, siendo el caso más destacado el del sitio de la Loma de Santa María, el cual fue intervenido en el año de 1974 por parte del INAH, donde se realizaron varios hallazgos mediante excavaciones, y se encontró un sistema de construcción muy bien edificado y donde incluso había sistemas de drenaje, una plaza y terrazas, que eran utilizadas para la producción agrícola, además de entierros con sus respectivas ofrendas.
También se han localizado restos arqueológicos en los alrededores de la tenencia de Capula, en las faldas del Cerro del Águila y en la zona que actualmente es el magno fraccionamiento Villas del Pedregal.
