Un grupo de 55 profesores de las distintas instituciones de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo participaron en un taller introductorio, a partir del cual buscaron cambiar los conceptos de referencia y atención catedrática a personas con discapacidad.
Karen Cintora Oseguera, quien fue la impulsora de este diplomado, lamentó que de entrada la Máxima Casa de Estudios carece de un censo real de alumnos, los cuales padecen alguna discapacidad.
Este año, en la ficha de ingresos se hizo una pregunta para que señalaran si padecían alguna discapacidad y fue que se identificaron 20 chicos, pero no todos ingresaron
Karen Cintora Oseguera
En este sentido, dijo que como parte de la apertura de los paradigmas de la cultura de inclusión que se requiere es que se impulse esta capacitación, la cual puede ser el inicio para la identificación en las aulas de los alumnos con discapacidad y proceder a su acercamiento real en la educación con condiciones garantizadas de aprendizaje.
A decir de María Eugenia Aguilar Esquivel, quien da clases en el Colegio de San Nicolás de Hidalgo este diplomado ha sido un parteaguas en su carrera “es una muestra de que las cosas tiene que cambiar para ser una institución verdaderamente inclusiva”, pues afirma que no sólo se trata de infraestructura, sino de una verdadera capacitación de los docentes y el personal, para abrir las puertas a las personas con discapacidad.
Al respecto su homóloga, Mariel Medina León, señaló que a partir de esta capacitación se siente preparada para abrir camino para las personas con discapacidad, y crear una conciencia real de las necesidades que tiene La Casa de Hidalgo, en cuanto a la apertura a este grupo de la población.
El docente de la Facultad de Agrobiología en Uruapan, Pedro García, compartió que a partir de esta preparación, su visión sobre las necesidades de aprendizaje de cada alumno se le han ampliado.
No es sólo conocer las militantes de las personas con discapacidad, se trata de comprender que cada alumno de nuestras aulas tienen necesidades particulares; en mi caso recibo alumnos de ocho comunidades alienígenas, que muchas veces su militante es tan simple como el lenguaje, pero resulta complejo el saber identificarlo y brindarle la atención que requiere para igualar sus oportunidades con quienes sí hablan español
Pedro García
(G)