Morelia, Mich (OEM/Infomex).- “En la cama de expulsión, con el dolor que colapsaba mi cuerpo, sólo me preguntaba arrepentida ¿qué me hizo decidir por parto natural?, pero con la misma convicción de arrepentimiento, una hora más tarde reconocí que fue la mejor decisión, cuando me levanté, me bañé y volví al control de mi cuerpo”
Madre de varios hijos, la señora Irma Ortiz López nos narró el momento de su primer parto y sus razones para preferir siempre optar por el parto natural, ya que aunque duele tener un hijo, la recuperación es inmediata, “no quisiera pensar lo difícil que debe ser amamantar y cuidar a tu bebé con una herida de cesárea, todo el abdomen cortado”.
La Secretaría de Salud en Michoacán (SSM) reporta que en el 2020, nacieron en Michoacán un total de 77 mil 312 bebés, de los cuales 32 mil 734 fueron eutócicos, es decir, transcurrieron sin complicaciones y sin necesidad de intervención médica ni de instrumentos; 316 en los que hubo complicaciones médicas y se requirió de apoyo médico especializado, y un total de 44 mil 262 cesáreas.
Marcela Barragán Martín del Campo, estudiante del último año de partería, considera que es mejor el parto natural, porque se respeta el tiempo en el que el bebé se encuentra listo para nacer, la recuperación es rápida y estimula el proceso hormonal que desarrolla plenamente la lactancia, lo que a su vez desarrolla el vínculo afectivo entre madre e hijo.
En la cesárea, las mujeres no logran impulsar el desarrollo hormonal para que segregue el calostro, suero que hace que se active el sistema digestivo del recién nacido y todo su sistema inmune.
En defensa del parto natural, Marcela Barragán refirió que tras el parto las mujeres producen relaxina, que hace que el cuerpo se reacomode, en especial su piso pélvico, es decir, todos los músculos que sostiene la pelvis.
Estudiante del cuarto año y a punto de graduarse en la Escuela de Partería Profesional “Mujeres Aliadas”, ubicada en Erongarícuaro Michoacán, Barragán Martín del Campo dijo que si una mujer tiene complicaciones, sí debe ser atendida por un experto y en un hospital, en el que haya el equipo médico para estabilizar al bebé y a la madre, por eso sólo atienden a mujeres de bajo riesgo.
Los riesgos los detona que la mujer sea mayor de 35 años o menor de 16 años, además de que tenga antecedentes de diabetes o hipertensión; también se debe considerar si se trata de embarazo de bebé único y si este se encuentra en presentación favorable para parto natural, es decir de cabeza o cefálico, orientado hacia la pelvis de la mamá.
Yara Pineda, gineco obstetra, ante la pregunta de si se recurre a cesárea por la comodidad que implica el control del tiempo, descartó por completo esto: “en Estados Unidos y Europa todas van a parto de primera intención, aquí en México también, en las instituciones. Creo que en un hospital donde se trabajan los tres turnos, es posible tener el lujo de atender partos muy largos de 24 o 48 horas porque el personal se cambia; pero cuando es un médico, por ejemplo en la medicina privada, es muy difícil vigilar a la paciente en esos periodos largos de tiempo”.
Con la experiencia que tiene como ex directora del Hospital de la Mujer de Morelia, explicó que por si fuera poco, “se suscitan algunos inconvenientes que la naturaleza no tiene previstos, como por ejemplo: la paciente decide que querrá anestesia, pero el anestesiólogo no puede llegar porque las calles están tomadas. Esas cosas obviamente se evitan en una cirugía programada”.
Otro tipo de situaciones que añadió Yara Pineda, es cuando las mujeres que deciden tener el parto en su hogar. En este caso, dice que “obviamente es cómodo para ellas, resulta bonito no tener que ingresar a un hospital, pero nunca pueden descartar la posibilidad de una urgencia. Nunca he atendido pacientes en su casa por ese motivo; por ejemplo, la paciente empieza a sangrar o le empieza a bajar la frecuencia cardíaca, entonces en lo que llega la ambulancia y la trasladas a un hospital, se pierde un tiempo invaluable”.
Al ser cuestionada sobre si los bebés pueden sufrir en los partos naturales, respondió que no necesariamente: “solamente que sean partos difíciles, los hay así o muy fáciles, dependiendo de las características de la pelvis, de la posición del producto y del tamaño. Casi siempre el primero es más complicado, porque debe vencer la resistencia del piso pélvico”.
“Los humanos somos bípedos y la resistencia del piso pélvico es muy fuerte y el primer producto debe resolver esa resistencia. Ya para el segundo, tercero o cuarto la pelvis está más laxa y la salida es más fácil” explicó la ginecobstetra.
En una especie de conclusión, añade que nunca se puede decir si una u otra cosa es más fácil o mejor, sino que depende de la mujer y condiciones. “Algo que va de la mano con los partos difíciles es que al vencer la resistencia del piso pélvico, se laxa y eso tiene consecuencias después de la menopausia, se van cayendo la vejiga, el útero y el recto; entonces tienen que ir a cirugía, quitar el útero y volver a acomodar la vejiga y el recto, cosa que no pasa cuando es la cesárea”.
Además, explica que en los partos naturales “la recuperación es inmediata. Sale el producto, se quita el dolor y la paciente está bien, claro que cansada por las horas de esfuerzo por el parto. En las cesáreas la técnica quirúrgica es tan buena que la paciente ese día se queda en reposo y al siguiente se levanta”.