LÁZARO CÁRDENAS, Mich.- (OEM-Infomex).- La recolección de residuos sólidos urbanos separados en casa podrá ser obligatorio, como medida que toca hoy a la puerta del órgano de gobierno local en propuesta para terminar con la anarquía y concretar el proceso del manejo, recolección y confinamiento de éstos con acompañamientos a la gestión de recursos estatales y federales, a fin de financiar un programa que inicie con el reordenamiento del tiradero hasta la clausura del mismo.
La clausura del tiradero San Juan Bosco será el punto de quiebre para la construcción del relleno sanitario que cumpla con las normas nacionales de protección del medio ambiente, ya que fue creado en al año de 1995 y hoy es fuente de contaminación de aire, tierra y mantos acuíferos, lo cual impacta también a la hacienda municipal con multas millonarias, además de medio millón de pesos mensuales en gastos de operación.
Aunado a ello, el Ayuntamiento de Lázaro Cárdenas está obligado a poner en marcha un nuevo programa de recolección de residuos sólidos urbanos en rutas habituales con días específicos de la semana para recibir desperdicio orgánico; otro día plásticos y papel; otro metales y cristales. Esto permitirá reciclar los materiales con mayor facilidad para que el pepenador, en grupo o individual, se convierta en empresario formal, generador de riqueza y empleo de acuerdo a sus capacidades y especialidad del material recuperado.
Este proyecto está en la voluntad política y visión de gran alcance de los integrantes del Cabildo, quienes recibieron pormenores del tema para tener elementos y autorizar a la alcaldesa María Itzé Camacho Zapiain a gestionar recursos para este tema específico, para poner en marcha el programa que permita a los contribuyentes acceder a su derecho irrenunciable a un ambiente sano, de acuerdo con el Artículo 4 constitucional.
Así lo dio a conocer Marcos Garibay González, representante de la Consultoría Sustenta Michoacán, quien expuso sobre los costos del servicio para ordenar, clausurar y construir en el mismo lugar un nuevo confinamiento, acorde con las normas del medio ambiente, mismo que tendría un costo de 688 mil pesos mensuales, cifra similar a la que ya eroga el Ayuntamiento, que es de 600 mil pesos para su operatividad actual sin control ni respeto a las normas de regulación.
Paulino Velázquez, de la misma consultoría, mencionó que los espacios en el interior del relleno sanitario tienen riesgos de incendio, por lo cual ejecutarían una obra de desvío del escurrimiento pluvial en previsión; en una segunda etapa deberán acondicionar la laguna de lixiviados con maquinaria pesada D7, y finalmente llevarían a elaborar y ejecutar el plan de clausura, el cual podría costar entre nueve y 13 millones de pesos el nuevo relleno sanitario, mismo que podrá ser recuperable con el apoyo del gobierno federal.