Morelia, Mich.- (OEM-Infomex).- Jóvenes y adultos realizan esfuerzos para que se mantenga el purépecha como lengua materna en la comunidad de Cuanajo, donde aún el 40% de la población la conserva. Mientras que el 100% de los habitantes usan la vestimenta tradicional.
Para Sulina Axuni Tzintzun García, joven de 29 años de edad, y Guillermina Rangel Prudencio, maestra de purépecha, es fundamental mantener las tradiciones y costumbres, que se han perdido a causa de la discriminación y el rechazo; las personas se ven obligadas a hablar español para interactuar con el resto de las personas, por consiguiente ser aceptados.
En esta comunidad, próxima a realizar el Segundo Encuentro para el Fortalecimiento de las Tradiciones Culturales, se tiene registro de cuatro centros educativos bilingües en los que se imparte la lengua materna, a niños y niñas de edad preescolar, primaria y secundaria, a fin de fortalecer lo que tienen aprendido desde casa, lo que permite mantener el idioma de los pueblos originarios.
No ha sido tan difícil, ellos ya traen los conocimientos, llegan a la escuela y toman clases para que sepan hablar, leer y escribir
Guillermina Rangel
Además la maestra de purépecha se dio a la tarea de estudiar idiomas en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, para tener los elementos gramáticos precisos para la enseñanza.
Por su parte, Sulina Axuni Tzintzun refirió que se sufre de la discriminación por hablar o vestirse de manera tradicional; es importante que se sepa e inculque que somos un pueblo que pide respeto.
Por ello invitó a los michoacanos, visitantes y turistas para que el próximo 10 de agosto acudan a Cuanajo, donde por segundo año consecutivo se reunirán cocineras tradicionales, artesanos textiles y mujeres dedicadas a la medicina tradicional para que conozcan parte de la cultura purépecha.
El Segundo Encuentro para el Fortalecimiento de las Tradiciones Culturales iniciará a las 10 horas en la plaza principal de la comunidad.
Rescate de telar
El telar de cintura es una de las actividades artesanales que se resiste a desaparecer. El artesano Saúl Cuin Casimiro comentó que unas 20 personas todavía se dedican a tejer fajas, caminos de mesa y morrales.
“Los mayores son los que se dedican, si no están se pierde la tradición”, reconoció. Son cuatro hombres y el resto mujeres, quienes en sus talleres o casas, elaboran sus piezas y ahí transmiten sus conocimientos a las nuevas generaciones.
Esa es su herencia, es un arte, de cuya icnografía transmiten parte de la historia de indígena. No trabajan bajo patrón, todo lo tienen en su memoria.