A diez años del operativo en el que se rescató a 590 niñas, niños y adolescentes del albergue La Gran Familia de Mamá Rosa, en Zamora, la vida de varias víctimas estuvo encaminada hacia el suicidio, ser reclutadas por el crímen organizado o continuar viviendo en casas hogar.
Estos hechos fueron dados a conocer por uno de los afectados, Eduardo Verduzco Verduzco que tras la disolución del recinto fue trasladado a una casa hogar de Ciudad de México, donde en su activismo comenzó a darle seguimiento a las personas rescatadas.
"Al día de hoy van más de 20 víctimas que se han quitado la vida siguiendo el mismo patrón que es el ahorcamiento. Estas fueron rescatadas del albergue de La Gran Familia", informó el activista.
En este sentido, manifestó, otros más se han unido a las filas del narcotráfico, donde han perdido la vida o han sufrido agresiones físicas por parte de estas células delictivas.
Uno de los chicos, que en ese tiempo era un niño, el narcotráfico le desfiguró la cara totalmente. Otros compañeros que fueron hermanos dentro del albergue, a uno lo desapareció el narcotráfico también, porque era de esos que andan de los llamados halcones. El otro tuvo que irse a Monterrey desde donde le damos asesoría jurídica
Luego de la intervención de la Procuraduría General de la República (PGR) y el Ejército Mexicano al recinto el 15 de julio de 2014, algunos menores fueron reclamados por sus familiares, sin embargo, otros tantos fueron enviados a otras casas hogar de Ciudad de México, donde todavía continúan ahí.
"Empezaron a reubicarnos. A las personas que éramos adultas mayores, nos llevaron a otros albergues. Prácticamente La Gran Familia o Mamá Rosa nos robó su vida completamente. Hoy varias víctimas siguen viviendo en un albergue", compartió.
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Finalmente, añadió que esto se debe a que no se les ha reinsertado de manera adecuada en la sociedad o no se les han otorgado los derechos para la reparación del daño por parte del Gobierno Federal y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV).
La Gran Familia, a manos de Rosa del Carmen Verduzco Verduzco, mantuvo sus operaciones durante cerca de 60 años, donde habitaron en sus paredes miles de niñas, niños y adolescentes que fueron sometidos a diversos tipos de abusos psicológicos, físicos, sexuales y de mala calidad de vida.