Morelia, Michoacán.- Tras asegurar que el gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla ha mejorado la infraestructura y el desarrollo económico, la diputada de la Representación Parlamentaria, Belinda Hurtado Marín, reconoció el trabajo del mandatario en favor de las mujeres víctimas de violencia de género, las obras y la justicia social.
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Aunque, en su intervención la legisladora del distrito de Hidalgo, pidió al gobernador morenista atender a los pacientes con enfermedades renales para que reciban sus tratamientos en tiempo y forma.
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La legisladora petista, señaló que ahora sí en la entidad hay infraestructura, desarrollo económico con justicia social, pero principalmente, la gobernabilidad que no se tenía en Michoacán desde hace muchos años.
Para el gobernador ha sido prioridad apoyar a las mujeres que sufren violencia, a las madres solteras, a las madres trabajadoras y todo esto es gracias a la dedicación que en Michoacán existe, comentó.
En la cancha del Estadio Morelos, en donde se instaló el pleno del Congreso del estado, también destacó que por fin en el sector educativo se tienen ciclos escolares completos, lo cual es una prueba de que este gobierno cumple a los maestros con la educación, porque “ese es el espíritu democrático que se ha enmarcado desde José María Morelos hasta el general Lázaro Cárdenas”, manifestó el diputado local.
Mientras que el diputado del Partido del Trabajo (PT), Hugo Rangel Vargas, indicó que como aliados se sienten congraciados de los logros que se han hecho en materia de infraestructura en la presente administración, sin embargo, también refirió que quedan deudas pendientes por quienes defraudaron a los michoacanos en el pasado, pues desde su punto de vista fueron quienes “mancillaron” la confianza.
Ante lo cual, indicó que es momento de volver la mirada hacia atrás para reconocerse como herederos, para regresar los pactos que cargaron para reconsiderar los hierros y los compromisos con los más humildes, por lo cual, sugirió que no se pierda la ideología de izquierda y tampoco olvidar que tienen herramientas para transformar el porvenir del estado. “Tres años pueden ser suficientes para hacer que la palabra valga”, concluyó.
