Morelia, Mich (OEM-Infomex).- Para asistir a un Campeonato Mundial de Futbol solamente se necesitan de dos cosas: actitud y muchos huevos. Bajo esa máxima pambolera, es como Felipe Álvarez Patiño y Gerardo Piñón Granados comenzaron a planear desde el día cero su viaje a Qatar 2022.
Con una bandera diseñada especialmente para la ocasión, en la que figuran símbolos michoacanos fusionados con los colores nacionales, los amigos de 30 y 29 años ya cuentan los días para tomar el primer vuelo que partirá de Cancún, Quintana Roo, para hacer escala en Barcelona, España, y finalmente llegar a la tierra prometida: Doha, Qatar.
Se trata de una aventura futbolera que abarcará prácticamente todo un mes, pero que, en términos de organización, ha implicado un permanente sacrificio económico desde que por la mente se les atravesó la idea de vivir el sueño que tiene todo aficionado a este deporte.
En el caso de Felipe Álvarez, será su segundo Mundial, pero a diferencia de Rusia 2018, cuando tomó la decisión de emprender el viaje de manera inesperada y sometiéndose a préstamos económicos asfixiantes, en esta ocasión planeó ahorros, fijó fechas para la compra de vuelos y los boletos de los partidos correspondientes a la primera fase.
Te puede interesar: Adiós, vaquero: Gael Acosta deja al Atlético Morelia
“Desde que regresé de Rusia yo ya tenía la ilusión de volver a un Mundial, pero también me hice a la idea de ayudar a la gente para que también se anime a cumplir ese sueño. Lo que les digo es que con mil pesos que vayan juntando al mes se puede lograr, sí se tiene que sacrificar mucho, pero con las ganas todo es posible” expresa Felipe.
Gerardo Piñón debutará en Qatar como aficionado mundialista y antes de animarse a hacerlo, admite que primero tuvo que conseguir el permiso de su esposa y posteriormente, vinieron los fines de semana de abstención, donde la diversión fue sustituida por la alcancía.
Como si la diosa fortuna del futbol estuviera de su lado, durante el mes de marzo, cuando salió la segunda ronda de entradas a los estadios por parte de la FIFA, los boletos que adquirieron por un precio de 2 mil pesos mexicanos terminaron siendo los correspondientes al México contra Argentina del 26 de noviembre.
“Se me pone la piel chinita sólo de imaginarlo, imagínate ver a tu selección cantar el himno nacional, como mexicano debe ser lo máximo” explica Gerardo, mientras que Felipe comparte que la emoción que se produce en ese momento termina por ser inexplicable: “En Rusia se me salieron las lágrimas y estoy seguro de que en Qatar me va a pasar lo mismo. En ese partido queremos demostrar lo que somos como mexicanos, ya estamos planeando grandes actividades, estoy seguro de que ya nos toca ganarles”.
La estancia en Qatar es un tema todavía pendiente, pues están analizando la opción más viable, tanto económicamente como en la parte de logística. Sin embargo, más allá de si acceden a unos departamentos que se encuentra a las afueras de la ciudad, un hotel o los campamentos de aficionados, reconocen que estarán satisfechos con que puedan cumplir con una comida al día.
“Cuando estás allá la verdad es que ni te acuerdas de comer, si nos vamos a un hotel que tenga desayuno ya será ganancia para nosotros” expone Felipe un tanto en broma, pero también con un dejo de seriedad.
Hasta el momento, entre vuelos y boletos, los aficionados morelianos han destinado aproximadamente 32 mil pesos y su tope máximo de gasto que se han fijado son los 100 mil pesos. Son unos convencidos de que México tendrá un buen mundial y para las voces que dicen lo contrario, les recuerdan que hace cuatro años se le ganó a Alemania, mientras que en 2014 se le empató a Brasil en su propia cancha y que en 2010 se derrotó a la mítica Francia.
Felipe y Gerardo aseguran ser el ejemplo de que no sólo los “juniors” o los ricos pueden asistir a un Campeonato del Mundo, sino que cualquiera que crea en la pelota es capaz de acercarse a esos sueños que se tenían desde niños, cuando por el televisor veían al “Matador” Hernández anotándole a Holanda en el último minuto, a Cuauhtémoc Blanco estirándose con toda su humanidad para empatarle a Bélgica o a Jared Borgetti haciendo un gol fuera de este planeta para sorprender a Italia.
