Jiquilpan, Michoacán.-Casi seis años después de la muerte del artista plástico Feliciano Béjar Ruiz en el 2007, se logró dar apertura a uno de los dos museos de la Fundación Casa Museo “El Porvenir” en el año 2013 señaló Octavio Meza Ortiz, director de la Fundación Feliciano Béjar en esta ciudad quien recordó que fue hasta el 2018 fue cuando se logró la apertura del segundo espacio.
Por su parte Martin Foley, heredero de los bienes y de la obra del artista plástico señaló en su oportunidad que la idea original había partido de las autoridades locales quienes, inicialmente habían pensado en la celebración de un festival en honor al llamado “recolector de soles”.
La idea original es que esto iba a ser del municipio y del estado y cualquier otra entidad (dependencia) que pudiera interesarse, por ejemplo en México el Museo de Artes Populares que depende del Gobierno del Distrito Federal, de Conaculta y de la iniciativa privada; es mejor tener, si se puede, dos o tres apoyos sobre todo con los cambios de régimen porque puede cambiar también el interés o el apoyo: un gobernador puede interesarse mucho en la cultura y otro en el deporte.
Martin Foley recordó que tras un atraso en los trabajos, en los meses de junio y julio del 2008 se encontraba muy ocupado tanto por problemas de salud como en preparar la exposición en la capital de la entidad de Michoacán.
Por eso no pude poner presión o dar seguimiento para que en la Secretaría de Cultura se hicieran los estudios, pero en diciembre fui a Morelia a dar una conferencia relacionada con la exposición y vi al Maestro Jaime Hernández, Secretario de Cultura, pero dos semanas antes había visto al Gobernador Lázaro Cárdenas Batel en el velorio de doña Amalia Solórzano y habíamos hablado, me había dicho que estaban muy interesados y deseaban adelantar los proyectos del museo; con esta base hablé con Jaime Hernández, unos días antes de Navidad y decidimos que él debería venir a Jiquilpan en primer lugar para mostrarle el local para que pudieran visualizar que era un proyecto factible, que el lugar es propicio para un museo pequeño y para que viera que no estamos hablando de un proyecto grandioso que pudiera resultar muy caro, pero nunca pudimos coincidir y él prometió venir con personal del departamento jurídico y un Arquitecto de Patrimonio del Estado para ver las adaptaciones necesarias para exhibir las obras y tratando de mantener el estilo.