Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- El secretario del Medio Ambiente en Michoacán, Alejandro Méndez López, reconoció que la siembra de aguacate es tan apetitosa que, como lo documentó El Sol de Morelia, ha llegado a distintas zonas arqueológicas de la entidad, poniendo en riesgo el patrimonio histórico y cultural.
Integrantes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) advirtieron que los focos rojos para estos casos se presentan en Zacapu, Tingambato, Salvador Escalante, Tacámbaro, Ario de Rosales, Ziracuaretiro, Tzintzuntzan y Pátzcuaro, territorios donde abundan plantíos ilegales que no pueden ser combatidos ante el escaso personal con que se cuenta.
Méndez López recordó que en 2018 científicos lograron descubrir la ciudad llamada "Angamuco", al sureste de Tzintzuntzan, que habría sido una población precolombina de 26 kilómetros de extensión donde se levantaron unas 40 construcciones que luego fueron abandonadas por los purépechas al ser cubiertas por la lava. Hoy en día, parte de ese asentamiento podría tener cientos de árboles aguacateros por encima, lo que dificulta una posible ampliación en su estudio.
El funcionario aceptó que el aguacate ya “coloniza a las zonas arqueológicos” y en ese sentido la única institución con facultades para intervenir es el INAH, cuyo papel debe ser ayudar a distinguir qué perímetros son los prioritarios para prohibir la siembra de ese fruto.
Señaló también que Michoacán no es el único estado con este problema, pues en otras zonas arqueológicas del país también se han instalado huertos de distintos tipos.
“Estamos trabajando con el sector académico, con autoridades federales, con municipios y las propias asociaciones aguacateras para que la producción deje de ser desordenada, para lograr metas como la certificación, la regulación de las hoyas de agua y los viveros, además de evitar el cambio de uso de suelo forestal e ir por técnicas menos agresivas, fomentando la agricultura orgánica”, dijo Alejandro Méndez.
Prometió que pronto darán a conocer un estudio académico centrado en la producción de un aguacate sustentable, para que a nivel internacional aspire a soportar cualquier tipo de auditoría ambiental.
En la más reciente edición número 15 mil 585 de El Sol de Morelia, el integrante del INAH José Luis Punzo apuntó que la invasión del aguacate se ve reflejada en innumerables vestigios arqueológicos, “pero sobre todo en Tingambato, donde el llamado oro verde está cubriendo sitios a donde ya no podemos entrar, porque el cultivo de este fruto está acompañado de infraestructura que limita nuestra operatividad”.
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