Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- “Si es posible regresar a las aulas cuando pase la pandemia, lo haré, porque es mi trabajo... es el trabajo de mi vida”. Para Orlando Carrió Pérez estar frente a grupo, arrastrar el plumón en el pintarrón, interactuar con los alumnos y provocar el diálogo entre ellos, para generar conocimiento, es su vocación.
La pandemia le significó alejarse de la docencia que por más de 20 años había sido parte de su vida. “El cubano” confía en que sea transitorio y dentro de poco pueda volver a caminar por los pasillos de alguna casa de estudios.
“No me gusta la educación virtual, aunque entiendo su importancia, sin ella todo este tiempo no se hubiera avanzado”, expresa el maestro que rechazó convertirse en docente virtual, considerándose incapacitado para ejercer la labor docente, sin la interacción presencial con y entre los alumnos.
Orlando Carrió ha dejado huella en muchas generaciones, de diversos grados de estudio, y de distintas instituciones educativas; desde su primera clase en una secundaria cubana cuando era un adolescente, hasta su impartición en la UVAQ, la UNLA, el Instituto Montrer, en Morelia; y la Universidad Tres Culturas, en la Ciudad de México.
La “carpintería del lenguaje” es lo suyo, así lo comparte Orlando, al contar que sus materias impartidas siempre fueron en torno a la lengua escrita y a la investigación.
No fue sencillo tomar la decisión, pero el profesor, considerado como una “leyenda” por su fuerte voz y lenguaje directo, prefirió guardar el plumón y los libros de ortografía “mientras dura la pandemia”. Tras despedirse de las aulas, retoma otra de sus pasiones: escribir.
Con tres libros publicados se dio a la tarea de ir por el cuarto, “Habanerías” fue el título del compendio de historias populares que recién imprimió. Tras renunciar a su labor de docente, tomó las maletas para regresar a su natal Cuba y escribir el libro que le significó pasar el 2020 en la isla caribeña.
La historia de la macorina cubana, así como la de la bicicleta más alta del colorido país, son parte del compendio de cultura popular cubana que elaboró el maestro en su “receso” de las aulas.
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“Pensé que sería más corto”, comparte el amante de las letras, al referirse a la pandemia, y por ende a su estancia en el país caribeño; donde tenía contemplado permanecer dos o tres meses, que tras el confinamiento obligatorio lo llevaron a estar prácticamente todo el 2020 en su tierra natal.
El mexicano por nacionalidad adquirida en 2012, capacitó a su sucesor, antes de renunciar a la docencia e irse a Cuba. El maestro que tomaría sus clases, “fue un perfil más joven, mucho más habituado al mundo virtual”.
Para el profesor de secundaria, bachillerato y universidad, es preponderante ser claros y directos con los alumnos, aunque a veces eso pueda traducirse en ser un maestro “no fácil”.
“Mi acento además les suele provocar cierto temor, y hablo fuerte, pero así soy, y mi intención es que aprendan”, cuenta Carrió Pérez, para quien México representa el lugar donde pudo consolidar la docencia y descubrir que era su vocación.
Pero no solo las aulas y la escritura hacen vibrar su espíritu, para el conocido por sus alumnos como “el cubano”, hay otra faceta que le hace sentirse vivo, se trata del periodismo.
Desde antes de salir de la isla caribeña para vivir siete años en Venezuela, y después migrar a México, el maestro Carrió ya había probado las “mieles” del periodismo. Trabajó en diversos medios de comunicación cubanos, comenzado en radio.
Orlando Carrió pisó Radio Habana Cuba, también trabajó en el periódico Tribuna de la Haban, Juventud Rebelde y la revista Opina. Combinando la docencia y el periodismo, Orlando, vivió mucho tiempo como freelance, y laboró para diversos informativos.
En Mexico también ha colaborado son diversos medios locales, actualmente trabaja en uno de ellos, “yo siento cuando estoy haciendo una nota que también estoy educando”, considera Carrió Pérez.
Aunque la “carpintería del lenguaje” desde las aulas universitarias, sigue siendo el motor más grande para el profesor. “Espero que pronto, regresemos”.