Morelia, Michoacán (OEM- Infomex).- En un año difícil para todos, con la circunstancia de una pandemia que se metió hasta lo más profundo de la vida social de los centros urbanos y prácticamente en todos lados, el sector magisterial michoacano no fue ajeno a modificar su trabajo para con sus alumnos por esta circunstancia, sino que también ha sido el año en que más veces han cambiado el pizarrón y los libros, por pancartas de descontento social que derivó en la toma de vías férreas por casi dos meses este año.
Prácticamente dos meses estuvieron los bloqueos férreos por parte de profesores y estudiantes normalistas michoacanos egresados, pidiendo que se les otorgaran plazas y pagos atrasados, que hasta la fecha aún no llegan.
El Sol de Morelia realizó recorridos durante estos bloqueos por la zona del cruce férreo de Tres Puentes en Morelia, para más que constatar su presencia, conocer más cómo pasaban los días los docentes desde que la protesta comenzó, el segundo día de octubre de este año.
La escena era verles apostados bajo puente de Avenida Madero Poniente, sobre las vías del tren y a un costado, eran visibles desde lejos las mantas colgadas en donde estaban plasmadas consignas en contra del Gobierno estatal, además de sus exigencias, se podían ver pequeñas casas de campaña, sillas y mesas, en donde los profesores de las regiones de Morelia, Puruándiro, Huetamo y otros municipios, esperaban pacientes una respuesta de las autoridades de educación tanto federales como estatales.
Había profesores de varias edades, mujeres y hombres, e incluso algunos niños, hijos de los mismos docentes quienes no podían dejarlos en casa, era un grupo de aproximadamente 30 docentes, en donde para matar el tiempo platicaban, jugaban, leían o simplemente estaban inermes en el sitio.
Mauricio Villalobos Valdovinos, quien funge como docente de una escuela primaria perteneciente al sector 1 de Morelia, compartió que los turnos de los profesores que mantenían 'vivo' ese bloqueo en dicha zona de la ciudad, duraban entre 6 y 8 horas, en los cuales permanecían de 30 a 50 profesores.
"Estábamos en coordinación con todos los compañeros que decidían apoyar en esto por iniciativa propia, era un beneficio para todos, a veces era pesado permanecer ahí, el tráfico, el ruido, el smog, sin embargo, sabíamos que valía la pena por el objetivo que queríamos", dijo enfático.
Además de que la cantidad de docentes no siempre era el mismo en los turnos, también cambiaba el personal que había en el día, así como el de la noche, y la cantidad de profesores que se quedaban ahí.
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"El número de compañeros variaba dependiendo de los días y de la parte del día en que les tocaba hacer guardia, sin embargo, debía de haber por lo menos 20 compañeros".
El bloqueo de Morelia, inició el 14 de octubre, el cual de los tres más importantes que existían en Michoacán, era el segundo que se levantó, después del de Caltzontzin, Uruapan, el 02 de octubre, antes mencionado y el de Pátzcuaro, desde el 24 del mismo octubre.
Otro docente, Dante Suárez Flores, dejó claro que si bien eran conscientes de que afectaban a varios sectores industriales michoacanos y nacionales, así como a sus propios alumnos, hubo sectores de la sociedad, que también los respaldaba y que incluso algunos automovilistas que pasaban por la zona, se acercaban y les brindaban palabras de apoyo o comida.
"Hubo de todo, sin embargo también hubo algunos ciudadanos que en vez de que ejercieran represalias en nuestra contra, nos brindaban apoyo moral por lo que estábamos exigiendo", dijo.
Otra de las integrantes en estas manifestaciones en las vías del tren, quien estuvo en el bloqueo de Caltzontzin en Uruapan, y que definitivamente no quiso brindar su nombre por temor a represalias en un futuro, puntualizó que allá la situación fue más compleja que en Morelia, puesto que hubo jornadas en donde estuvieron a punto de ejercer represión sobre los docentes, "pero eso no salió en los medios, porque también lo que les interesa es resaltar los bloqueos y no el por qué estábamos ahí", dijo.
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Esta profesora, con más de 15 años de servicio, viuda y con dos hijos en la primaria, contó que es difícil dejar las aulas para luchar en busca de mejores condiciones de trabajo, además de que es complicado no tener certeza si volvería con bien a su casa después de jornadas intensas.
"Antes de ir a apoyar a los compañeros, uno piensa muchas cosas, pero al final te das cuenta de que vale la pena por tus hijos, para ofrecerles una mejor niñez de la que tú viviste, y eso sin un salario digno no se puede, sin que te paguen en tiempo y en forma no se puede; por eso iba a las vías, por ellos", contó.
Hasta la fecha, tal parece que el entusiasmo y la convicción con la que los docentes michoacanos permanecían en las vías del tren, no ha sido directamente proporcional a la respuesta de las autoridades educativas michoacanas, pues las mismas, en algunas entrevistas argumentaron que "esa manera de obtener beneficios ya caducó y que lo solicitado era inviable de otorgar por la situación financiera del estado".
Por ello, a cinco días de que termine este convulso 2020, los profesores de la Coordinadora, aún no tienen certeza en cuanto al pago puntual de sus quincenas para el 2021, ni lograron las plazas docentes para los egresados normalistas, quienes al parecer están más lejos que nunca, de poder brindar la cátedra por la que tanto estudiaron.