Venustiano Carranza, Michoacán.- Sin mercado para comercializar y precios sujetos a la voluntad de los intermediarios se encuentran los productores de esta parte del estado, señaló Manuel Andrade, integrante de la Asociación Ganadera de Caprinocultores de la Ciénega.
Explicó que actualmente los productores de leche de cabra de toda la región cuentan con solamente dos empresas transnacionales como clientes aunque, de hecho, no son ellos quienes venden su producto. “Nosotros no tenemos contacto directo con las empresas porque a nosotros nos compran los ‘ruteros’ o ‘boteros’ que son quienes recogen la leche”.
Debido a esto, señaló, son estos intermediarios los que fijan los precios y los volúmenes de compra de acuerdo a su criterio lo que en ocasiones afecta la economía de los chiveros. “Lo que pasa es que así, nosotros no podemos calcular ni cuánta leche vendemos ni a qué precio”, agregó que desde hace varios años han solicitado al gobierno federal la creación de un mecanismo o dependencia que establezca un precio de referencia para la compra de leche de cabra.
Dijo de esta actividad depende la economía de al menos 600 familias en los municipios de Venustiano Carranza, Villamar y Pajacuarán que son los municipios en los que se ubican el mayor número de rebaños aunque no pudo estimar el volumen de leche producida por día. “Lo malo es que no sabemos si la ordeña del día la vamos a poder vender porque varias veces el botero nos ha dejado la leche o nos cambia el precio y lo malo que las empresas no quieren tener el trato directo con nosotros y no hay quien diga un precio para basarnos nosotros como productores”.
Agregó que han intentado acercarse al diputado federal Rodrigo Sánchez para solicitar que lleve al Congreso su petición ya que lo único que buscan es tener un comercio justo.
“Con los de ganadería mayor (reses) ellos tienen a LICONSA que establece un referente en el precio de compra, nosotros no, nosotros estamos a la buena de Dios”, incluso, dijo, para obtener su registro como ganaderos, los caprinocultores deben integrarse primero a una Asociación Ganadera, instituciones que, regularmente se niegan a aceptarlos como ganaderos por tratarse de la crianza y explotación de ganado menor.