Miles de mujeres han encontrado una oportunidad de ingreso diario o semanal en el trabajo doméstico, aunque esta actividad implica no contar con prestaciones sociales y económicas. Sin embargo, ya se comenzó a sentar la base para que puedan contar, en tiempos venideros, con su registro al Instituto Mexicano del Seguro Social.
La contratación de servicios de estas jóvenes y adultas se realiza sin documento escrito alguno, donde se establezca condiciones de trabajo, horario o día de descanso, para el desempeño de labores como aseo, lavar y/o planchar, preparar alimentos, estar al pendiente de infantes o personas de la tercera edad, ir al súper o mercado, entre otras.
Se trata de jornadas que van desde dos, cuatro, hasta ocho horas al día, tres veces a la semana o de lunes a sábado y el domingo de descanso. Muchas se desplazan desde la misma zona urbana hacia su centro de trabajo, otras provienen de comunidades o municipios vecinos como Álvaro Obregón, Charo y Queréndaro.
Este es el caso de Paty Delgado, de 25 años de edad, originaria de Queréndaro. Ella se dedica a atender la casa y de los cuidados de una adulta mayor. Ingresa el lunes y sale hasta el sábado a las 15:00 horas. Su ingreso semanal, indicó, es de dos mil 500 pesos, ahí come y duerme. Sin embargo, carece de prestaciones como la seguridad social, porque, aunque trabaja para una persona y le pagan, su patrón no está dado de alta ni en el IMSS ni en el Servicio de Administración Tributaria.
A su consideración, lo que anunció esta semana el director nacional del IMSS, Germán Martínez Cázares, le dará oportunidad de tener acceso a servicios gratuitos de salud, incluso puede aspirar a una pensión cuando llegue el retiro.
Así como ella, muchas trabajadoras domésticas contarán con más derechos laborales a partir de instrucciones del nuevo gobierno federal, aunque es de mencionar que se han hecho diversos intentos por incorporar a más sectores productivos al IMSS y avanzar en la formalización de la economía. (A)