Son las tres de la tarde. Hay muchos niños en el jardín: juegan en la fuente, corren sobre el pasto o comen en el picnic que sus papás organizaron; pero también hay dos pequeños, que mientras los demás disfrutan del Día del Niño, ellos son enviados por sus padres a vender dulces y conseguir dinero.
El hecho sucede en el jardín Villalongín, a un costado de la fuente de Las Tarascas, en la ciudad de Morelia. Es un niño de 10 años y su hermana de aproximadamente dos años de edad. Van de la mano preguntando a la gente si compran dulces en cinco y diez pesos.
La niña, pese a su corta edad, insiste, clava su mirada en la de los que probablemente accedan y compren ese caramelo, pero la mayoría dice que no. A unos metros de la fuente una señora le comenta a su hijo que no está bien mandar a los hijos para conseguir dinero así; "es explotación infantil".
Datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), indican que en México el 7.1 por ciento de los casi 30 millones de niños, niñas y adolescentes entre 5 y 11 años, realizan trabajos no permitidos, como labores domésticas, pero 1.2 millones de ellos realizan trabajo clasificado como peligroso.
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Sin embargo, en Michoacán, la información de World Vision en 2019, arrojó que 112 mil niñas, niños y jóvenes en el mismo rango de edad antes mencionado, también realizan tareas no permitidas, ocupando el cuarto lugar a nivel nacional.
En este caso, los dos hermanos caminan por el jardín bajo una temperatura de 31 grados, sin ningún tipo de protección para el calor. También, se acercan a las personas desconocidas y cruzan de vez en vez las calles sin la vigilancia de un adulto o si es que lo está cerca, no se ve.
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Este medio les pregunta por qué venden y quién los manda y ellos responden con la inocencia característica de su edad, que están con su mamá y que quieren comer. Si no reciben dinero, también piden comida.
La Unicef apunta que el trabajo infantil es casi el doble en zonas rurales, que en urbanas, y que se ven mayormente involucrados niños que niñas, con un 73 por ciento a 27 por ciento. Morelia es la capital del estado, pero en semáforos, plazas o jardínes, esta cruel realidad, el trabajo infantil, también la alcanza.