Un chequeo a tiempo puede salvarte del cáncer de próstata

Aún en estos tiempos, es común que haya rechazo al examen rectal para detectar este mal; sin embargo, en el caso de Ariel, él eliminó tabús de la prueba y logró vencer la enfermedad

César Abrego | El Sol de Zamora

  · domingo 2 de febrero de 2020

Foto: Archivo | Cuartoscuro

Morelia, Michoacán. (OEM-Infomex).- La exploración simple y sencilla con un dedo enguantado y lubricado en el recto pareciera ser la prueba más “complicada” para la población masculina al momento de recurrir a un chequeo médico, sin embargo y pese a los tabús este paso marca la línea entre la prevención, detección y atención del cáncer de próstata.

Enfermedad que consiste en la formación de células malignas (cancerosas) en los tejidos prostáticos. Los primeros signos de este tipo de cáncer se presentan cuando al momento de orinar el flujo es débil o bien, se orina con más frecuencia, sobre todo por las noches.

Afecta a hombres mayores de 60 años y con antecedentes de cáncer de próstata en familiares cercanos, e incluso si eres afrodescendiente, según informes del propio Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

La próstata se ubica justo debajo de la vejiga (órgano que recibe y expulsa la orina) y delante del recto (parte inferior del intestino). Su tamaño es similar al de una nuez y rodea parte de la uretra (tubo que vacía la orina). Y se encarga de elaborar un líquido que viene inmerso en el semen.

Según estimaciones de la Secretaría de Salud de Michoacán por cada 100 mil hombres, aproximadamente el 10 por ciento podrían ser susceptibles a padecer cáncer de próstata, seguido por el cáncer de testículo y el tumor urológico.

En realidad fue un poco extraño porque yo tenía una forma que creía era normal el funcionamiento de mi cuerpo; yo me levantaba bastantes veces al baño, pero lo veía normal hasta que comencé a notar que la frecuencia, sobre todo en la noche, no era la correcta

Ariel Martínez Ochoa, sobreviviente de este tipo de cáncer.

Contó para El Sol de Morelia que su desconocimiento sobre esta enfermedad lo llevó a que por poco más de dos meses tuviera los síntomas sin que lo considerara negativo para su cuerpo, hasta que una de sus hijas mayores lo alertó sobre esta patología, la cual había escuchado en un programa de televisión.

Aunado a que, reconoció una vez informado sobre la manera en cómo se puede detectar la enfermedad tuvo desconfianza e incluso un poco de temor.

“Desconocía que este podría ser uno de los síntomas de algún mal en mi próstata, todavía me tardé como unos dos o tres meses en animarme porque no confiaba en el método que se utiliza actualmente (tacto rectal), fue que me animé y acudí al médico”, contó Ariel, a quien todavía en su silenciosa risa se pudo comprobar su timidez al compartir su experiencia.

Agregó que además del tacto rectal, el cual reconoció no fue para nada doloroso o algo que lo hiciera sentir diferente o “menos hombre”, como incluso otros amigos y compañeros quienes previo a saber el diagnostico bromearon sobre ello, también se le practicó otro estudio vía análisis de sangre, mismo que aportó una segunda opinión del mal que lo estaba aquejando.

Fue ahí donde me di cuenta que los dolores al orinar y mis constantes idas al baño por las noches no eran algo normal. Ahí se confirmaron bultos pequeños en mi pero cómo fue a tiempo hoy puedo reír y contárselos a ustedes

Y en efecto, a decir del médico oncólogo quirúrgico del Hospital General de Zona Número 83 del IMSS Camelinas Morelia, Juan Gerardo García González, cuando un cáncer de próstata llega a presentarse en una persona de 40 años o poco más la patología puede ser más agresivo que si se detecta en un adulto mayor de los 65 años.

Según la explicación del médico especialista la detección en adultos mayores a los 65 “es más noble de tratar”, más aún cuando el tumor se localizado en dicha glándula los tratamientos aplicados van en un sentido curativo.

Esto, ya que si el tumor se sale de la próstata y afecta ganglios o huesos se estaría hablando de un tratamiento paliativo, es decir en una fase incluso terminal, y sólo para garantizar que el paciente pueda realizar una necesidad fisiológica como la es orinar.

Lo anterior, toda vez que si se retiene en la vejiga puede dar reflujo a los riñones y condicionar otros procesos inflamatorios infecciosos aunados al cáncer. Y que, conforme a su experiencia como médico de Oncología Quirúrgica, García González advirtió lo siguiente para tratar a un paciente con cáncer de próstata:

A veces se tiene que hacer una operación a través del pene para ampliar el diámetro donde pasa la ‘pipí’; aunado a ello se debe recordar que el cáncer prostático es hormono-dependiente, es decir las hormonas que producen los testículos pueden estimular o alimentar el cáncer en la próstata

Precisa también que además de la cirugía abierta para hombres con cáncer de próstata, en ocasiones se tienen que llevar a cabo otros procedimientos para bloquear la testosterona que se produce mediante medicamento oral e inyectado.

Aunque también reconoce que algunos pacientes, después de la cirugía, pueden llegar a requerir radiación, “porque las características del tumor irán marcando la pauta sobre otra terapia; hay que adicionar a la operación y el bloqueo hormonal tales radiaciones”.

Reflexionó en que a pesar de los tabús o mitos que existen sobre la prueba cada vez hay más apertura de la misma población masculina para tratarse, lo cual ofrece una oportunidad de poder detectar a tiempo, estimando que, por cada 10 casos, cuatro o cinco se pueden curar en la actualidad.

Por su parte Ariel Martínez, padre de tres niñas y arquitecto de profesión, recomendó al resto de hombres de su edad se hagan la prueba a tiempo.

Porque no sé a lo mejor ni siquiera lo estaría contando, algo que uno no le pone mucha atención y podría conducirte a desenlaces fatídicos, con especialistas y tratamiento pude salir adelante